ABCdario


Por Víctor García

* Celebraciones

A Christian García, hoy en su cumpleaños disfrutando aún su otoñal juventud; felicidades, que la pases de lo mejor.


Este fin de semana Leonel Cota Montaño celebró el XXI aniversario del triunfo de las izquierdas y el arribo de la alternancia política en BCS, celebración más de forma que de fondo; la clase política forjada en esas izquierdas se hizo ambiciosa y vieja sin pasar de diputados federales, senadores y candidatos fallidos; su destino manifiesto parece estar inscrito en el ya mérito, donde lo que pudo ser no fue; pupilos e iconos de ese movimiento aún vigentes como Alfredo Porras que teje en el vacío, Narciso Agúndez gobernador sin brillo y Víctor Castro que de secretario de educación pública brincó a la alcaldía de La Paz, al margen de ellos las referencias son escasas y magras de su trascendencia y paso por el poder público.

21 años de sueños que no cristalizaron y esperanzas deshilvanadas; hoy a dos décadas de aquel histórico movimiento el histrionismo de unos y la soberbia de otros no permiten diferenciar esas izquierdas vernáculas que se forjaron al fragor de la lucha por el poder, de una lucha plana cuyos beneficios siguen sin llegar al grueso de los sudcalifornianos; el viejo régimen siguió vivo con todas y sus estructuras oxidadas, y la añeja costumbre de celebrar quién sabe qué, como ocurrió este fin de semana en Cabo San Lucas, también. ¡Maldita costumbre heredada de un pasado que no se va!

Hoy a diferencia de hace dos décadas la izquierda está atrozmente dividida alrededor de sus muy personales y pequeñísimos intereses (parcelas) como ocurre en todos los partidos políticos; la lucha por el poder por el poder mismo los convirtió en mercenarios de su propio destino sin más méritos que esperar los ciclos de la política para volver a encaramarse en sueños de cambios irrealizables y promesas incumplidas. ¡Qué lástima!

La narrativa de ese histórico movimiento sigue siendo uno de los grandes pendientes de la izquierda en BCS., donde los cambios se dieron pero sin cambios; la imposición de candidaturas, el nepotismo y la burda rotación de los mismos en puesto de gobierno y de elección popular se convirtieron en una constante; figuras de ese ayer, de hace más de veinte años, curiosa y coincidentemente son los mismos que hoy irrumpen en las plazas públicas como grandes panaceas atrapados en nostalgias y sueños incristalizables.

Las nuevas generaciones hoy viven un cambio que no es cambio, la definición por sí misma no lo hace ni abona en la transformación que esperamos; queremos un estado más democrático, de mayores oportunidades, más justo, más incluyente donde todos quepamos que nos permita avanzar en las discrepancias y en los disensos, vamos, queremos un estado de bienestar y prosperidad para todos donde la política, la religión, el sexo, color de piel y las ideas no nos alejen de ese inacabado propósito donde podamos convertir nuestras ancestrales debilidades en potencialidades.

A mi edad aún sigo soñando –recordando con febril nostalgia– lo que me decía Cirilo Gómez, maestro habilitado que me impartió inglés en secundaria (Santiago), ex militar que llegó a BCS con el Gral. Francisco J. Mújica; que “los sudcalifornianos estamos obligados hacer todo con excelencia, donde no debe existir excusas ni pretextos para tolerar ni aceptar errores ni fracasos, porque a esta tierra, –sostenía–, siempre habrá que sacarle ventajas porque aquí todo obra en contra; la falta de agua, la aridez de la tierra, la inclemencia del clima y las enormes distancias que nos separan”; así que el día que podamos dar cuenta que hemos iniciado el rudo camino de este añejo propósito de ser cada vez mejores, ese día, solo ese día, habrá que celebrarlo. ¡Qué tal!.

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a victoroctaviobcs@hotmail.com


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