Por Víctor Octavio García
Golpe en seco
Adiós muchachos, compañeros de mi vida,
Barra querida de aquellos tiempos.
Me toca a mí hoy emprender la retirada,
Debo alejarme de mi buena muchachada
Adiós muchachos, ya me voy y me resigno,
Contra el destino nadie la calla.
Se terminaron para mí todas las farras,
Mi cuerpo enfermo no resiste más,
Va hacer muy difícil si es que no imposible que los del ala dura de Morena asimilen lo que ocurrió en el Congreso del estado tras la vergonzosa destitución de cinco diputados de la titularidad de igual número de comisiones permanentes que ostentaban indebidamente desde que se conformó la XV legislatura, dado que la mayoría con la que hicieron y deshicieron y mal administraron pendía de alfileres muy delgados; esa mayoría que perdieron por soberbios «mamones» a la que nunca le dieron orden ni concierto, irremediablemente se les fue de las manos y hoy deambulan como inmundicias andantes.