Por Víctor Octavio García

Congreso al garete

Si eligen al próximo o próxima Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la misma forma como eligieron la nueva mesa directiva del Congreso local, es un hecho que el ala “dura” de Morena en la Cámara pierde a su “fiel de la balanza”; los votos de Esteban Ojeda Ramírez, Homero González Medrano, Humberto Arce Cordero, Marcelo Armenta y aliados son insuficiente para retener o conservar el órgano de gobierno.

Lo más grave –lo que cada vez se hace más evidente– es la forma disparatada cómo vota el bloque oficial, en ocasiones en masa y más de las veces desbalagados; la ausencia de un liderazgo real y la intromisión perniciosa a actores ajenos al quehacer legislativo le dan sazón a tan singular ensalada de despropósitos; Homero González acaba de entregar la presidencia del Congreso sin pena ni gloria, ora sí que coronado por su tozudez y mediocridad; una Cámara sin brillo, sin operación política y con un pésimo manejo de imagen; los asesores políticos con los que cuenta la Junta de Gobierno y Coordinación Política una de dos; no dan el ancho o trabajan las contras como quedó ampliamente demostrado en la elección de la mesa directiva del periodo ordinario de sesiones próximo, donde el ala “dura” de Morena se quedó sin la jícara y sin la miel.

Durante la presidencia de Homero González Medrano se perdió empatía y vinculación con el exterior, es decir con colegios y grupos organizados de la sociedad; el anterior presidente del Congreso, Ramiro Flores, había logrado imprimirle una fuerte dinámica e interacción al quehacer legislativo con el resto de la sociedad, sin embargo la ausencia de visión, sensibilidad y olfato políticos terminaron de ganar la partida; lo que habrá que ver es por cuánto tiempo más seguirá el Congreso sumido en la mediocridad y oscurantismo haciendo leyes por consignas.

Increíble lo que ocurre un día sí y otro también en la Cámara local; el ocio y la falta de compromisos para con los sudcalifornianos los ha llevado –como chivos sin mecate– hacer leyes como la que acaban de aprobar por unanimidad sobre “Derechos de Comunidades Indígenas y Afromexicanas”, mientras las leyes que demandan los sudcalifornianos que esperen; desmontar el viejo régimen sin ser propiamente un chiste cruel se ha convertido en una vil payasada.

El próximo periodo ordinario de sesiones que iniciara sus trabajos en tres meses más iniciará con el pie izquierdo; una revuelta interna entre diputados derivó que la mesa directiva surgiera del bloque opositor y no de la fracción de Morena, lo que augura que la elección del Presidente o Presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (gobierno) se convertirá en un herradero; el mal manejo –atropellado y sin oficio político– de Homero González Medrano, del ala “dura” de Morena, provocó que el grueso de la alineación morenista desobedecieran al “fiel de la balanza” decidiéndose por una planilla que no gustó en el bunker del mariscal de campo.

En diez meses de haberse integrado la XV legislatura, la mayoría morenista solo conserva los tufos de lo que pudo ser y no fue de una aplanadora legislativa que se sostiene merced a alianzas a extramuros con diputados independientes y de otros partidos que saben cobrar caros sus votos, todo ello producto de la falta de operación, olfato y sensibilidad políticas como se han conducido a lo largo de estos diez meses; lo que viene con los movimientos políticos en puerta para nuevas designaciones seguramente complicará terriblemente el quehacer legislativo más allá de los naturales desencuentros.

Peor si la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política recae en Esteban Ojeda Ramírez, de los intransigentes y cerrados del ala “dura” de Morena, cuyo pasado ya lo alcanzó con el tutelaje alcahuete hacía su cuñada en la venta indiscriminada y abusiva de equipos de computación y papelería sin licitaciones al Congreso del Estado, el mismo que se comprometió en “la sesión siguiente” –esto fue en octubre de 2018– a votar la ley contra el fuero; el mismo que pelea privilegios y canonjías para sus colegas de la CNTE erigiéndose en “luchador social”, la suerte de la XV Legislatura quedara echada. Bendito cambio. ¡Qué tal!

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