• MÉXICO ALBOROTADO
• A UN AÑO DE INSURGENCIA ELECTORAL
• PARA MUCHOS, “NADA QUE FESTEJAR”
• El neoliberalismo, no se fue de México
• Se dibuja bipartidismo MORENA VS PAN

Por: Armando León Lezama.

Al primer aniversario de la insurgencia ciudadana, vía votación, durante la jornada electoral del 1 de julio de 2018, la población mexicana, vive en alboroto constante, ya por temas de educación, salud, falta de medicinas, cierre de instancias infantiles, desaparecidos, violencia generalizada, recorte de personal y desempleo, boom de migrantes de todas partes del mundo, no visualización ni clara ni difusa de parte de la población, del llamado cambio de régimen, que pretende el presidente de México y ausencia del contagio de un contexto histórico – cultural mexicano en la práctica, por parte de los autollamados: Juntos haremos historia, a la población mexicana, dentro y fuera de México, son algunos de los motivos.

Si bien es cierto que se desinfló la vida ostentosa de cientos de funcionarios de la alta burocracia, que enriquecían a costa del erario público; que se desmembró una banda de robo de gasolina dentro y fuera de PEMEX; que desde la presidencia del país mexicano se combata la corrupción, entre otras bondades del sexenio que ya va en su sexto mes; también es cierto que es imposible y pronto, ver resultados positivos en el bolsillo de los no millonarios.

Es entonces que AMLO, es un presidente de nuevo intento libertario, que se arropa con el manto de la historia mexicana de luchas por la independencia, Las leyes de reforma y La revolución mexicana, pretendiendo acuñar su cuarta transformación en un país que se va desdibujando culturalmente por un neoliberalismo que llegó para quedarse, explotando población y geografía.

Un neoliberalismo, que no se fue con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, que más bien lo tiene medido y reducido a ser un presidente de seis años y si se descuida, únicamente de tres años, por aquello de que sus opositores le tomen la palabra de la revocación de mandato.

Al parecer, el 1 de julio de 2019, llega todavía con buena fama AMLO, apoyado por esperanzados en su proyecto alternativo de nación, entre brotes de malestares en las ciudades, manifestaciones campesinas, pobreza, carestía de la vida, inseguridad en la vida y el patrimonio de los mexicanos, de una población en creciente explosión demográfica, que no puede creer en sus políticos y representantes populares porque le han fallado mucho y muchos.

En resumen, el camino de la cuarta transformación de AMLO, apenas va descendiendo, porque no empezó de abajo a la izquierda, sino de arriba a la derecha.

Es una especie de libertario precavido en no hacer enojar a Estados Unidos de Norteamérica, un terco sentado en la silla presidencial, un dictador revolucionario del que se espera no le pase lo que a la revolución mexicana, Las leyes de reforma y la independencia, quedando en intento e interrumpidas.

Y en el terreno partidista ya se dibuja un bipartidismo en México en las figuras de MORENA y el PAN. Veremos de qué cuero salen más correas.

Mientras, para millones de mexicanos, nada que festejar.