Por Víctor Octavio García

 

¡Qué tiempos aquellos!

 

* Víctor Liceaga y la “oposición”

 

En menoría de Víctor M. Liceaga Ruibal; con gratitud, respeto y cariño, en el 6to. Aniversario de su partida.

 

Víctor Manuel Liceaga Ruibal (Víctor Liceaga a secas) a quien trate muy de cerca antes, durante y después de ser gobernador, contrario a la negra campaña de defenestración y desprestigio que se le armó, era y fue un tipazo en toda la extensión de la palabra; generoso con sus amigos y complaciente con sus adversarios; un día, poco antes de la ocho de la mañana, entró una llamada a mi celular de Víctor Liceaga (con quien sostuve fluida comunicación) y de entrada me dice; “tocayo, estuve acordándome de ti cuando me avisabas que me ibas a tomar el palacio de gobierno y que me ibas a echar chingazos y te decía; tocayo, nomás no hagan mucho desmadre, y si me pegas, pégame poquito, no me pegues mucho”, y de inmediato me reiteró la invitación a comer “quelonio” en la casa del Yiti Nava, la cita es a las dos de la tarde, no faltes, es en tu honor, me dijo y colgó; quede en tres y dos –como dice la palomilla– pajareando por la extraña comida en mi “honor”; Víctor Castro Cosio, mejor conocido como el “Puchas”, era alcalde de La Paz y de inmediato deduje que la llamada era para él; le marqué al alcalde y después del riguroso saludo le dije, “tocayo, sé que hoy habrá caguama en tu honor en la casa del Yiti Nava, si no me invitas los delataré como “comeguamas” y me contestó, tocayo, yo no sé nada, a mí no me han invitado, además no como caguama y este día traigo la agenda llena de compromisos que no puedo eludir ni cancelar, así que si me invitan no iré, me es imposible ir”, ok, de acuerdo tocayo y colgué.

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