En reciente Sesión Ordinaria la Diputada Jisela Páes presentó un Punto de Acuerdo para que la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión exhorte al Titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, para que a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, no lleve a cabo las declaratorias de área natural protegida, con categoría de reserva de la biósfera, “Islas del Pacífico de Baja California” y la de “Sierras de La Giganta y Guadalupe”.
Lo anterior para que de conformidad al artículo 47 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, se consulte ampliamente a los habitantes y sectores productivos de esas regiones, para que se analicen, discutan y atiendan los impactos y consecuencias que resentirán dichos sectores de Baja California Sur.
Jisela Paés diputada del distrito 1 federal destacó que es necesario que la Conanp (Comisión Nacional de Areas Protegidas) informe ampliamente a los habitantes de esa región, sobre todo respecto de las zonas donde existe una mayor concentración de la población que basa su modo de vida en la actividad pesquera, y con mayor razón si van a ser sujetos de restricciones y limitaciones.
Dijo que esta declaratoria generaría diversos efectos para los sectores productivos también de la región serrana de la entidad e implicaría que casi dos terceras partes de la superficie del Estado queden convertidas en área natural protegida, lo cual tiene profundamente preocupados a sus habitantes.
«Reconocemos que es necesario preservar y proteger los ecosistemas a través de programas e instrumentos como las áreas naturales protegidas, pero cuando se decreten deben ser la base de actividades productivas bajo un esquema de sustentabilidad de los recursos naturales, proceso que debe ser diseñado por los diversos sectores y actores que interactúan en las zonas que se pretender resguardar», subrayó Jisela Páes.
En el mismo sentido señaló que en el caso de estas áreas naturales protegidas que se pretenden declarar, sin una consulta amplia, «demandamos una mayor participación social de los interesados en estos actos de autoridad, para evitar una toma unilateral de decisiones de la Semarnat, atendiendo lo que establece el Artículo 47 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.»
«Por eso le solicitamos a la Conanp no llevar a cabo la declaratoria de creación de las áreas naturales protegidas “Sierras de la Giganta y Guadalupe” y el de “Islas del Pacífico de la Península de la Baja California”, hasta que la población sea consultada ampliamente y tengan toda la información relativa a este trascendente tema,» concluyó.
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por siglos, en esas áreas naturales, siempre, sus habitantes se han mantenido en equilibrio con la naturaleza, amigables con su flora y su fauna; pues es vital para todo ser vivo, armonizar y conservar ese equilibrio ecológico.
los principales DEPREDADORES de muchas regiones ecológicas de nuestra media península, HAN SIDO LAS AUTORIDADES FEDERALES, que se han soltado dando autorizaciones a diestra y siniestra para minas contaminantes y letales para nuestra flora y fauna domésticas.
mejor que la conamp, nos proteja de esos funcionarios federales corruptos, que en colusión con funcionarios municipales paceños, que también han recibido sus moches para los famosos «cambios de suelos».; el gobierno estatal debe SER MAS EXIGENTE en esas «regulaciones» ecológicos amañadas y amafiadas.
los sudcalifornianos hemos convivido por siglos con nuestro entorno ecológico; NO NECESITAMOS que autoridades federales corruptas, NOS QUIERAN IMPONER regulaciones a los propios dueños de nuestros terrenos locales familiares; no se vale, YA BASTA de intromisiones riesgosas.
No exageres, lo que necesita el Estado es una economía diversificada ¿O que crees que esos rancheros van a vivir del «ecoturismo»?.
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creo que no entendiste o de plano, no supe comunicarme; lo que sostengo con firmeza, es que NO DEBE la conamp declarar esas sierras e islas como áreas protegidas, porque de hacerlo, la economía de sus habitantes, en este caso los rancheros, se verán sometidos a no poder sembrar sus comestibles, ni pastorear su hatos y continuar con su ancestral modos de vivir y de mercadear los productos como productores primarios.