Por: Armando León Lezama
FRANCISCO MONROY SÁNCHEZ, PRESIDENTE MUNICIPAL POR SEIS MESES
* El encargado de despacho ni feria ni que feriar dejó
* El que llegó ni lo dejó terminar.
A Francisco Monroy Sánchez le tocó “bailar con la fea”en política: El encargado de despacho – Fausto Álvarez Gámez –, “no le dejó ni feria ni que feriar” y Armando Martínez Vega, electo presidente municipal del período 2015 – 2018 ni lo dejó terminar como la constitución mandata.
Conocido corredor de OFF ROAD – unidades de motor a campo traviesa, por caminos sin asfalto, levantando polvareda –, pasó de ser un ciudadano común a suplente de Esthela de Jesús Ponce Beltrán en la lejana posibilidad de llegar a “tomar el cargo” cuando el alboroto por una candidatura – a la gubernatura del Estado de Baja California Sur – llegara a su objetivo y por cierto, nunca llegó.
Sin embargo “la política diferente”, como se autodefinía Esthela, sí dejó la silla de la presidencia del XIV Ayuntamiento. Se despidió en el teatro de la ciudad de La Paz, dijo el adiós en la sala de Cabildo, donde al verle, dije al doctor Oscar Martínez Mora, “esa sonrisa nada más le da para una diputación federal”. Así sucedió y fue por la vía plurinominal, es decir, sin votos en las urnas.
A Esthela la salvaron sus correligionarios partidistas de las más altas esferas. Mandaron al precipicio a un testarudo – Ricardo Barroso Agramont —, que no aceptó ser presidente municipal, quien perdió con la boca callada la gubernatura del Estado 30, ante un disfrazado de panista: Carlos Mendoza Davis.
Está salida del gobierno municipal paceño de Esthela, abrió el marco legal constitucional para asumir el cargo a Francisco Monroy Sánchez, no sin antes, esperar dos meses, tiempo en el cual estuvo como encargado de despacho Fausto Álvarez Gámez, primer Regidor en el Cabildo del XIV Ayuntamiento.
LA LLEGADA DE MONROY
Tarde se le hacía a Francisco Frías Osuna, secretario general, sección La Paz, del sindicato de burócratas para que se fuera Esthela pensando que con su tocayo Francisco Monroy tendría un pichón comiendo en su mano. Nada de eso, ni porque gracias al dirigente sindical y sus bravuconadas asumió el mando del Ayuntamiento paceño, se salvó de ser dado de baja como trabajador sindicalizado, destronándolo de su temporada de poder y remitiéndolo a ciudadano común. El tiempo de los berrinches y sus fechorías del devoto de San Judas Tadeo, habían terminado.
Con la voz en buen humor y el mensaje de “ánimo palomilla” el empresario y corredor de autos de alto riesgo, tomó el timón de autoridad municipal de la capital del Estado de Baja California Sur, más con entusiasmo que con experiencia “remó contra corriente” sus seis meses de mandato constitucional.
Francisco Monroy Sánchez, hizo a un lado al marrullero de Francisco Frías Osuna que provocaba desatenciones en la prestación de servicios a la población, le entró a maniobrar ya para salarios, ya para levantar la basura domiciliaria que se negaban a levantar los sindicalizados, llegando incluso Monroy, a ser chofer de una unidad recolectora, todo en la voluntad de no quedarle mal a los habitantes del municipio de La Paz.
Francisco Monroy Sánchez, DEFENSOR AMBIENTALISTA
El tema del período 2011 – 2015, fue el ¡no, a la minería tóxica! y Correspondió a Esthela de Jesús, sentir lo tupido de las mini
manifestaciones que emprendieron grupos y ciudadanos de corte ambientalista que el 10 de abril de 2014 emergieron con más fuerza, como un frente de organizaciones diversas en lo partidista, ecologista, defensores de derechos humanos, académicos, médicos, empresarios, amas de casa, estudiantes, profesionistas, que si bien tuvieron un liderazgo fallido por culpa del sentimiento de paternalismo y protagonismo pernicioso de los Trasviña; el eco de una conciencia social que aún perdura y perdurará, hizo mella en “los gobernantes”, al menos de manera temporal, empezando por el aún priísta Francisco Monroy Sánchez.
La interrogante, ¿cómo sería posible que dejáramos la generación actual que se contamine más por causa de trabajos de minería de extracción de oro el manto de agua que baja de la sierra de la laguna y abastece del líquido a los moradores en su derredor, incluida a la flora y fauna endémica de esta parte del planeta tierra?
Al suplente, en su carácter de propietario, tras tomar protesta como presidente municipal, no solamente le rindió lealtad a la constitución. “Que el Pueblo me lo demande”. Lo hizo a honor de su asistente y numerosa familia. Acató como mandato y con voluntad propia lo que le ponía nervioso cada vez que se rumoraba, “ahora sí se va Esthela”, hasta que se fue.
Más ciudadano que político, dijo ¡no! cada vez que se le preguntó si aprobaría la minería tóxica. En el documento presentado al Congreso Local le respalda que ni estuvo en la sesión de cabildo y mucho menos firmó porque su palabra era y sigue siendo ¡no a la contaminación del agua de consumo humano!
Renegó Francisco Monroy, incluso de su PRI porque presentía que se cocinaba una trastada al Pueblo Sudcaliforniano de parte de regidores de su partido y también del Verde Ecologista y el PAN.
Lo salvó el poner en la balanza el interés personal y el interés colectivo y dar más peso al prestigio ganado contra vientos y mareas que quizá una propina que le quemara las manos y lo desterrara de la vida pública y hasta del Estado de Baja California Sur.
Así lo entendió la población atenta al acontecer de nuestra entidad, así se lo demostraron los ambientalistas en las últimas horas de su gobierno que se caracterizó por un desdén de los entrantes gobiernos municipal paceño y Poder Ejecutivo Estatal, quienes le prohibieron la entrada a las instalaciones del Ayuntamiento de La Paz con policías en el derredor.
En este escenario caótico donde una laguna de falta de legalidad se notó en la auto toma de protesta del XV Ayuntamiento que desterró a uno de los sobrevivientes – Francisco Monroy – de la sesión pública que dio inicio al gobierno de Armando Martínez Vega y regidores, los ambientalistas fueron uno con Monroy Sánchez custodiándolo en esos momentos tensos donde alguien – un mando superior – puso en práctica el mando único estatal y subordinó a la policía municipal dejando sin efecto la autoridad que constitucionalmente emanaba del corredor de autos off road, desconociéndolo.
“Es tu jefe decían ambientalistas y periodistas”; pero el semblante ido – de asombro por lo extraordinario del suceso – de los elementos del orden solamente obedecían el “no lo dejen pasar” que alguien con poder les impuso.
LA LLEGADA DEL GOBERNADOR Y LAS TRIFULCAS
Dentro de las instalaciones donde se albergan las oficinas del ahora XV Ayuntamiento paceño, tomadas con anticipación por el gobierno entrante, a grado de remodelar, cambiar de chapas, arrinconar las pertenencias de Francisco Monroy Sánchez, incluyendo una imagen de la patrona de los mexicanos, la virgen de Guadalupe, con la que pensaba salir airoso el suplente de presidente municipal, uno de los achichincles de Armando Martínez Vega daba por dicho y hecho que el gobierno saliente no entregaría informe, ¡sería el primer Ayuntamiento en su historia constitucional que incurriría en esta omisión!
El pelele pregonaba a cuanta persona encontraba en su camino la falta histórica, según él. Momentos después, allá afuera en el estacionamiento acostumbrado de los presidentes municipales el primer zafarrancho: “déjenme pasar, soy aún hasta las doce de la noche la autoridad competente, vengo a rendir mi informe y a tomar protesta al electo ayuntamiento, déjenme pasar”, espetaba Monroy Sánchez. ¡No puede ser! decían los presentes y los transeúntes, así como dijo la opinión pública desde esa tarde – noche, ¡no puede ser!
La camioneta del gobernador llega y él mandatario abordo. El grupo de apoyo al presidente municipal en funciones y él mismo, corren a alcanzarlo.Casi a la entrada a las oficinas principales es alcanzado Carlos Mendoza Davis. ¡No me dejan pasar! Expresa Francisco Monroy, contesta, Déjenme ver qué pasa y se adentra con su señora esposa que se enoja porque hay gente en su camino.
La espera desespera y el segundo zafarrancho tuvo lugar para intentar vencer la fuerza de la veintena de policías municipales que custodiaban las puertas desde dentro. Para ello el grupo en apoyo a Monroy empujaba para dentro. En eso se escuchó la voz de un mensajero. ¡Que pasen! Entró entonces el presidente saliente acompañado de dos regidores leales a su investidura y entregó su informe entre cuatro paredes. Se tomaron algunas fotos con Armando Martínez Vega y Carlos Mendoza Davis y le señalaron la puerta.
No estuvo convidado Francisco Monroy Sánchez, a cumplir el protocolo de cambio de mandos en el Ayuntamiento paceño ni siquiera por el mandato constitucional que lo hizo presidente municipal por seis meses, como tampoco estuvo su rostro en la manta de la deshonra que colgaron universitarios contra aquellos regidores que apoyan la minería tóxica.
No pudo salir con su virgen cargando, con la frente en alto después de una jornada de gobierno en crisis económica y agobiante por los reclamos del líder sindical Osuna Frías, pero salió triunfante porque ganó la amistad de los ambientalistas y a empellones, gritos y mentadas, entró a la que fuera su oficina, saludó al gobernador y al presidente del ayuntamiento entrante, les entregó su informe de sus seis meses y aceptó de buen gana la invitación a marcharse a su casa porque empezaría sin él la nueva época de un gobierno de excepción.
Afuera una gran lona mostraba rostros de regidores y síndico de la XIV legislatura, caía del balcón del primer piso del edificio de gobierno municipal, habían vencido la franja humana de policías que no querían permitir subir por las escaleras, eran ambientalistas y universitarios quienes con la fuerza del pueblo le mermaron solemnidad a la auto toma de protesta de quienes en primer acto de mando despidieron poco más poco menos de mil trabajadores bajo el concepto de pérdida de confianza, quedando Francisco Monroy Sánchez como “un blanco palomo”, ante la comparación de su sucesor.
Que la historia juzgue porque el pueblo sabe quién es cada quien. Y a decir del corredor de autos de off road, “el qué me entregó no me dejó ni feria ni que feriar y el que llegó no me dejó terminar como manda la constitución, no hay nada que esconder, ni temer, me dedique a servir a los paceños donde vivo y seguiré viviendo”, puntualizó.
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lo que hizo primero metió a su nuera a nomina..la esposa de micky monroy..para tener controlado el ingreso..y saber cuando pagarse como proveedor.
Si como nó, y que pasó con el Joven que mató el hijo de este nefasto «empresario» del Monroy? al cual protegió con todo el sistema municipal apoyando a su «Junior» cuando es sabido de todo mundo quien es el «retoño» de este tipo, y eso es por afuerita nomas eh?, pero en 6 meses hizo y robó lo que pudo…..Él no pidió que le dieran, nomás que lo pusieran donde hubiera, y vaya que aprovechó al máximo esos 6 meses eh? lo evidente no se discute!!!!!