Por Domingo Valentín CASTRO BURGOIN
* Nacimiento del Archivo Histórico Pablo L. Martínez
Con esta entrega pretendo correlacionar tres asuntos: dos relacionados con la personalidad del científico social, célebre historiador Don Miguel León Portilla, y el tercero, con los archivos general e histórico del municipio de Los Cabos, procurando ajustar el espacio a los límites de esta columna.
El primero tiene que ver con la fundación del Archivo Histórico que dirige actualmente mi amiga Elizabeth Acosta Mendía, y que a raíz de su liderazgo, ha registrado una notable transformación que destaca el profesionalismo de todo el personal para la conservación, restauración y resguardo de los valiosos documentos que ahí se albergan, sin dejar de mencionar el flamante y moderno edificio sin precedentes en que se constituyó dicho repositorio, lo que se erige como un orgulloso monumento a la Sudcalifornidad, desgraciadamente olvidada. Y respecto a su nacimiento encontramos presente la figura señera del doctor Miguel León Portilla como protagonista de este aserto, porque lamentablemente, con nuestros documentos originarios que constituyen la historia, la memoria colectiva y el referente cívico, para preservar en gran medida la identidad y el amor a esta Patria Chica, sigue pasando lo que casi en muchos lugares sucede, lo que no es justificación contra la omisión inadmisible, con la que se ataca a nuestra evolución: el olvido, restarle importancia al pasado, atropellarlo, por no decir, «valemadrismo oficial».
Pero dejemos que sea el propio León Portilla, quien nos hable del nacimiento de este, ahora, valioso repositorio nuestro. Nos dice en su libro, «La California Mexicana ensayos acerca de su historia», editado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, en 1995, que a mediados de los años sesenta del siglo pasado, (él) llegó a La Paz a dar dos conferencias sobre literatura y pensamiento nahuas, y que ahí preguntó sobre la existencia de un archivo: «Los funcionarios que me habían recibido en mi calidad de director del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM se veían entre sí con cierto asombro. ¿Un archivo? Por fin alguien dijo que en la azotea de la cárcel había un cuarto lleno de papeles viejos. Nos trasladamos allí acompañados por quien era director de Acción Social, el profesor Armando Trasviña Taylor y su colaborador Moisés Coronado, ambos distinguidos escritores y maestros normalistas. Al llegar a la cárcel, se nos asignó un preso «de confianza» que nos condujo a dicho cuarto. Entramos con él y vimos amontonados decenas de legajos. Tomé uno y al abrirlo encontré un documento que decía «Acta de adhesión de la California a la república federal de 1824, México».
«Seguí hurgando. topándome con otras muchas sorpresas. De pronto encontré varios documentos con manchas de sangre. Pregunté al preso de confianza que significaba eso, si tal vez esos papeles habían sido rescatados en alguna batalla. El preso sonrió y luego nos dijo que allí, en ese cuarto, se solía interrogar a los acusados. Cuando éstos no querían hablar, se procuraba avivar su memoria a base de golpes. No era raro que en esos interrogatorios los acusados llegaran a sangrar por nariz y boca. Los pobres, añadió el preso de confianza, no teniendo otra cosa para limpiarse la sangre, tomaban algunos de esos papeles para hacerlo. Por eso estaban manchados.»
Si la anterior narrativa de León Portilla no huele a olvido, omisión, atropello, valemadrismo, de quienes oficial y legalmente tuvieron la obligación de que no fuera así, los comentarios salen sobrando.
La segunda cuestión, también tiene a Miguel León Portilla, en su centro: la iniciativa promovida hace unos días por la diputada Maritza Muñoz Vargas, quien ha propuesto a la legislatura local la entrega a nuestro historiador de una presea y reconocimiento a la labor de rescate historiográfico que gran parte de su vida ha realizaado, y el propio amor que él le profesa a nuestra península, la que siempre ha denominado la California Mexicana; iniciativa que denota también el reconocimiento a quienes ayer y hoy, y mañana, se han dedicado a la encomiable labor de investigar, difundir y promover la historia y la cultura sudcaliforniana, y que se constituye en el más sentido homenaje que en vida se le otorgue por nuestra entidad a quien no necesita ni de presentación, ni de halagos, ni de trompetas que anuncien la trascendencia de su obra conocida y reconocida a nivel mundial. Enhorabuena, por la iniciativa que ya tiene la aceptación del propio historiador, y la opinión favorable de miles, en los cuales, modestamente, me incluyo.
*Los Archivos General e Histórico de Los Cabos.
Ahora sí que relacionado con el apartado inicial, me ocupo de estas que deben erigirse como nuevas instituciones de Los Cabos, y para lo cual existen profundos antecedentes históricos y legales. Por el poco espacio que me resta, solo diré el suscrito al llegar a colaborar en el Décimo Segundo Ayuntamiento de Los Cabos, que encabeza Arturo De la Rosa, y que en la Secretaría General se encuentra nuestro amigo Luis Alberto González Rivera, y analizando un poco el proceso de entrega-recepción del anterior gobierno municipal, se encontró una lamentable situación material de los archivos que debieron instituirse desde hace muchos años, y que a la fecha se encuentran apenas almacenados en una bodega de tristes referencias, lo que será necesario ventilar en otra ocasión.
Resulta que la Ley Orgánica para el Gobierno Municipal del Estado, reserva a los ayuntamientos, a través de la secretaría general municipal, la custodia y resguardo de toda la documentación oficial emanada del ayuntamiento, por lo que se hace urgente la instauración del archivo general municipal, con todo lo que implica en recursos materiales, financieros y humanos para esta esencial labor.
Ahora bien, por lo que respecta al Archivo Histórico Municipal, en el Reglamento Interior de la Secretaría General Municipal, se le reserva a esta dependencia todo lo relativo a su organización; de ahí la importancia que tiene el que este aspecto quede garantizado como uno de los compromisos del actual alcalde cabeño, en reconocimiento a que no puede permitirse una omisión más, porque difícilmente habrá otro Miguel León Portilla quien venga a preguntarnos en Los Cabos, ¿dónde se encuentra el archivo?; porque toca indudablemente a los cabeños esta responsabilidad histórica de salvaguardar los documentos que dan cuenta de lo que se ha hecho en esta tierra, ahora constituida en uno de los destinos turísticos más importantes de nuestro país.
Sus comentarios y sugerencias las recibo en mis correo: civitascalifornio@gmail.com; y valentincastro58@hotmail.com
Descubre más desde Colectivo Pericú
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.