Simulación en la grilla y su influencia americanista
Iván Hernández URUSQUIETA
El pase filtrado que recibió en el área chica le daba total ventaja para marcar un gol que ampliaría con toda legitimidad la ventaja de su equipo, pero ante el achique que hizo el portero Yarrough prefirió elegir la opción más cómoda: dejarse caer para que le marcaran penal.
Y aunque sus capacidades histriónicas son equivalentes a las de la señora Rivera cuando dijo que la casa blanca la pagó con el sudor de su frente, el jugador del América (Andrés Andrade “el rifle”) alcanzó su cometido cuando el árbitro César Ramos marcó a favor de su equipo la pena máxima.
La historia ya la sabemos, el delantero Darío Benedetto convirtió en gol el penal inexistente y el América logró un marcador abultado de 4-1 sobre los panzas verdes de León que eventualmente le dio el pase a la semifinal, así que para disimular las complicidades en esa chapucería futbolística, la tremenda corte futbolística –también conocida como Comisión Disciplinaria- decidió aplicar el severísimo correctivo de suspender un juego, uno solo, al embustero.
Claro está que de la afición ni propios, ni extraños, quedaron contentos con este intento de tapar el sol con un dedo, pero con echarle un ojo a la realidad nacional es posible afirmar que los simpatizantes del deporte nos pasamos de exigentes, porque al hacer un comparativo entre el balompié y la política, podríamos asegurar que al soccer le queda una mínima pizca de vergüenza que mueve a sus directivos a tratar de cuidar las apariencias.
Y es que allá en la grilla, ni la burla perdonan, y ejemplos abundan. Ahí esta el caso de los diputados priístas en el Congreso local, quienes en el tema de la minería a cielo abierto se rasgaban las vestiduras al subir a tribuna para exigir que el nuevo Ayuntamiento de La Paz cancelara el cambio de uso de suelo a favor de la metalúrgica Los Cardones, pero cuando se trató de ajusticiar con un juicio político a los regidores del pasado cabildo (esos que se reunieron en lo oscurito para dar la autorización municipal a los ecocidas), los legisladores del tricolor se echaron para atrás y votaron en contra del proceso.
Inspirados por la filosofía existencial del “ya pa´que”, los diputados del PRI argumentaron que ni caso tenía enjuiciar a los regidores del pasado ayuntamiento si ya se había invalidado el trámite a favor de la minera Los Cardones y con esa justificación alcahueta hicieron que hasta el más agrio crítico revalorara el clavado del rifle como una mentirilla piadosa.
Es entonces cuando uno desearía que en la polaca hubiese también una Comisión Disciplinaria como la del futbol, que no busca solucionar de fondo el problema de las trampas, pero que al menos se esfuerza en disimularlo. Apegado al criterio utilizado con el rifle Andrade, el hipotético organismo seguro impondría una sanción tan simbólica como intrascendente de descontar un día de sueldo a los diputados incongruentes, o por lo menos les exigiría canalizar su alcahuetería en una campaña para pacificar a las mujeres celostinas.
Esa instancia correctiva no se daría abasto en castigar a funcionarios que entre sus dichos y sus hechos se avientan mejores clavados que cualquier americanista, como podrían ser las actuales autoridades municipales que no dejan de quemar a Esthelita por sus desfalcos, pero que no dan fecha para interponer las demandas, o los integrantes del Órgano de Fiscalización Superior que encontraron irregularidades en las cuentas de todos los ex alcaldes, menos en la de Comondú que presidió el Tano Pérez quien curiosamente forma parte de la actual legislatura.
Y mientras el rifle Andrade retorna esta semana al campo de juego para disputar la semifinal contra pumas, a pesar de que en la previa se aventó otro clavado verbal al afirmar que nunca quiso fingir un penal, allá en la cancha de la grilla seguirán cascareando personajes que por su actuación en la función pública podrían recibir una inscripción vitalicia al socio águila, o que por su honestidad podrían recibir en cualquier momento un honoris causa de la academia “No era penal” que es ejemplarmente dirigida por el holandés de apellido Robben.
Descubre más desde Colectivo Pericú
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.