CONGRESO SIN DIPUTADOS

Ni jaurías, ni pumas

Por: Armando León Lezama.

En atención al aniversario de la constitución política de nuestro Estado 30 de la República Mexicana.

Ni jaurías, ni pumas. En el actual proceso electoral la ciudadanía debemos dignificar el ejercicio de los derechos políticos de hombres, mujeres y diversos.

La civilidad por delante ante un tema columna vertebral de la dinámica de la vida social del Estado de Baja California Sur y sus aproximadamente 700 mil habitantes distribuidos en los municipios de Los Cabos, La Paz, Comondú, Loreto y Mulegé.

Hablar, escuchar, exponer, proponer y remediar hechos caóticos como el de hoy en día de tener Congreso Local y no tener 14 diputados de 21, nada más porque ni trabajan, ni programan su devenir político, sus ambiciones personales al menos de entrada, de seguir figurando en la nómina de buena paga, en el privilegio del fuero que los hace impunes, y dejar la silla que tanto buscaron como buscan hoy candidaturas para ir por el sufragio que les de Poder, no que les permita poder impulsar un proyecto social.

El diálogo en esta temporada de activo proceso constitucional para llegar a la jornada electoral del 7 de junio de 2015, que inició el 7 de octubre de 2014, debe pasar de las expresiones sin ton ni son, de huecas palabras, de discursos aburridos, de promesas que no se pueden cumplir, a elaborar entre todos, el auténtico mandato popular.

No entendido como mandato de los pobres, ¡no!, más bien, entendido como las voces de la soberanía del Estado Sudcaliforniano: Sus habitantes. Incluidos todos los mosaicos culturales. Nativos, de arraigo, naturalizados, extranjeros, en tránsito,…

Por ello, en este día que debemos voltear los ojos a nuestra carta magna estatal, que debemos reconocernos constitucionalistas, republicanos, mexicanos, es fecha propicia para pedir a diputados con licencia, a los llamados independientes, que no se pasen de vivos, de aprovechados, de olvidados de dar honorabilidad al Poder Legislativo del Estado de Baja California Sur, en vez de transformarlo en un edificio denominado Congreso, pero vacío de legisladores, de representantes populares que entre su ambición se van a buscar otros horizontes y ni a sus suplentes llaman.

El Pueblo les demanda cumplan con su tiempo de obediencia y trabajo antes de aspirar ser eternos candidatos y triunfantes en las urnas.

No se vayan a llevar la sorpresa de querer acaparar más de lo que pueden y se queden en el camino, sin victoria, con penas y sin gloria. Y lo que es peor, sin chamba de influyente.

Lo que sí es verdad que a los ahora ausentes legisladores, no les importó mucho dar honorabilidad al Poder Legislativo Estatal del cual se sirven para seguir en el ejercicio del mal poder que en el país mexicano se caracteriza hoy en día por estar conformado de personajes de paso, sin formación ideológica, corruptos y arrepentidos a la hora de las hacer cuentas claras.

En fin, esta expresión llegue a todos los servidores públicos, sobre todo si llegan vía el voto del soberano de esta nación. Artículo 39 constitucional de nuestra República Mexicana.