• Puro grillar y nada de contundencia

Por: Armando León Lezama

“Mañana todos hablarán bien de mi”, dice Omar Antonio Zavala Agúndez, diputado local y militante del Partido Revolucionario Institucional – PRI – al terminar la sesión de apertura del segundo periodo ordinario de sesiones  donde él rindió su informe de los trabajos realizados como presidente de  la diputación permanente que duró del día 40 de junio al 1 de septiembre de 2013.

En esa sesión, en la quinta página de su lectura, dio a conocer lo siguiente: “No quiero pasar la ocasión para, en lo personal, expresarles a ustedes que es una enorme distinción coordinar a partir de hoy a la fracción parlamentaria del PRI en lo que resta del presente año legislativo y por ende, presidir la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado”…

Por tanto, el señor legislador, es un hombre de humor sarcástico, entendido de la política paceña: Puro grillar y nada de contundencia en el actuar que lo pudiera colocar como un político de valía, de trascendencia, o si quiera como un personaje útil a la sociedad mexicana; pero no, “solo es un político alegre, un legislador a modo de las conveniencias ante los poderes ejecutivo y judicial, un saludador de besos y abrazos, un apoyador de dádivas, un escuchador de todo y atento de nada».

Quien lo escuchó en su intervención en tribuna del Congreso local la mañana del 1 de septiembre de 2013, se dio cuenta que al diputado Omar le sobra voz y le falta corazón, materia gris, además de información y formación social para eso de los discursos en público, que hasta pudiera decirse que no ganaría un juicio oral ahora que viene esa nueva forma de procedimientos jurídicos en nuestro país.

De manera que si por asuntos de hipocresía, conveniencias, y otras linduras de las poses sociales y políticas, “no le dicen sus verdades”, no será nuestra esa actitud, Por el contrario, le digo señor abogado y diputado, su buena estrella de estos momentos, lo colocan como un cobrador de salario jugoso, como un triunfador de ocasión e influyente con charola y fuero; pero ¿para qué sirve todo eso si se va en una vida de frivolidad?

Usted tiene figura de buen político, échele ganas a su responsabilidad histórica y piense fríamente que no se trata que hablen bien de usted si lo que se dice son mentiras. Mejor comience a trabajar en verdad su ejercicio como representante popular y piense en la palabra “trascender”, que en el hecho es trabajar bien, cada vez mejor por los Sudcalifornianos, los mexicanos y por todos los habitantes de la media península.

Urge que usted sea el legislador y que no le hagan la chamba al cien por ciento los asesores del Congreso Local que en verdad son en la acción y en los resultados, más diputados que cualquiera de los 21 representantes populares que asisten cuando les da la gana.

Por tanto, ahora que asume los cargos de coordinador de sus priístas legisladores y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, dedique más tiempo al estudio y déjese de chistes baratos, mejor adopte una personalidad de respeto, de trabajo, de resultados, en vez de dejar pasar el tiempo en vano.

No sea tan jorobado al Poder presidencial, y como ejemplo basta su declaración de aprobación a la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto que sin aún discutirse, usted ya le dijo sí a todo lo que mande su patrón, olvidando que se debe a un Estado y sus habitantes y por lo tanto debe tener mesura, no mensura a la hora de hablar ante la opinión pública.

Señor, no hable por sí solo. Sea un diputado de nuevo tipo, cultural, entendido y enterado de los temas que lleguen a su mesa de trabajo. Incorpórese a promover en el hecho la democracia participativa. Y hable lo que la ciudadanía quiere que se escuche. De otra manera, va usted y su grupo solos sin el reconocimiento de nadie.

Para qué sirve entonces un diputado a merced de las conveniencias y comprometido a nada. Asuma seriedad, estudio y no se ande con banalidades y frivolidades nada más. Entonces la historia hablará bien de usted.