• Del dedazo a la alternancia
• Las memorias de un gran amigo
• Parlamentos…RBA acudió…Pablo Aguilar  en Acción.

El libro de Federico Riestra Castro “Del dedazo a la alternancia” llega a llenar un vacío que no es nuevo.

En la conferencia previa a la recepción del premio nobel de literatura 1990, el poeta y ensayista Octavio Paz pronunció un discurso brillante. Ahí contó algunas imágenes de su infancia y sobre todo de cómo podía separar la realidad del momento de los juegos. No tardó el poeta en darse cuenta de que vivía instantes de aislamiento de la realidad. “¿Cuándo se rompió el encanto?, se preguntó. “No de golpe: poco a poco”.

Así fue. Una de sus primas le mostró una revista con fotografías de soldados regresando de la guerra, la primera mundial. El poeta llegó a una de sus primeras conclusiones: hubo una guerra y él sólo tuvo algunos datos. Dijo: “me sentí, literalmente, desalojado del presente”.

Federico Riestra es, ante todo, un periodista liberal y pensador con filosofía humanista que contribuyó al nacimiento, crecimiento y desarrollo del Valle de Santo Domingo, un amigo de la sabiduría. Su reciente libro “Del dedazo a la alternancia” es una central de ideas y de pensamiento –publicado por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura de Baja California Sur– podría ser revisado y comprendido como el reclamo de alguien que no quiere que las nuevas generaciones de sudcalifornianos desconozcan la paz del siglo pasado y  que los pensadores y colonizadores del Valle de Santo Domingo sean desalojados del presente, de su presente, de nuestro presente. Federico regresa al mundo de las ideas, del pensamiento humanista, para tratar de encontrar algunas salidas a la crisis existencial del presente. Pero no de una crisis existencialista –y lo sabe él como buen lector de la filosofía de Jean-Paul Sartre–, sino de la existencia humana.

En 1956, en plena euforia por el auge del mundo intelectual y el mundo rumbo sin freno a la guerra fría, se decretó el fin de la filosofía política. Años después, con el desmoronamiento del mundo de la Unión Soviética, se formalizó el fin de la historia. Y ahora, en plena euforia cuantitativa que ha olvidado la filosofía, ya se giró el certificado de la muerte de la ciencia política. Pero no, nos dice Riestra, el mundo de las ideas y los ideales sobre las razones de la evolución democrática no ha muerto por una sencilla razón: La historia y la ciencia política no son organismos humanos, celulares, vivos, y por tanto no pueden morir. El problema ha sido otro: la crisis de pertenencia ideológica y el ideario político y de principios humanos dejó de reflexionar sobre sí mismo, como si explotación de nuestra tierra y la lisonjera actitud de los traidores en cualquiera de sus manifestaciones fuera suficiente.

Federico en su obra nos viene a reavivar y a revivir la pertenencia y el amor a esta su tierra y nos encontramos con un mundo de anécdotas, testimonios y memorias de periodismo y política nunca antes explorado de manera seria y congruente como él lo hace, cuidando el misterio de lo también apenas explorado.

El recordatorio no sale sobrando. El pensamiento político se ahogó en el chapulinismo y las traiciones de las tribus que surgieron desde el poder.

Federico Riestra convierte la escritura en una reflexión filosófica –otro homenaje a los hombres que llegaron a B.C.S. y le entraron a construir el futuro en un desierto por momentos inhóspito — y deja abierto, a mi parecer, uno de los grandes temas no cerrados de la Entidad: la transición democrática y la crisis de ideales. Las referencias a Víctor Manuel Liceaga Ruibal llevan, de modo natural, a construir 2 escenarios.

El primero: el de la hipocresía y la simulación que deja entrever la vertiginosa caída del PRI y la burda treta con que “negociaron” el poder público.

La Segunda: la decadencia de Guillermo Mercado y su mal comprendida tesis para no dejar pasar al General Valdivia.

Sí, podría ser que todos fuimos culpables. ¿Cómo escribir después de Leonel Cota?, se antoja reflexionar, luego de respirar cada momento en que uno devora las páginas escritas por Federico Riestra y en un texto que, por cierto, incluye su paso por la candidatura a la presidencia de Comondú que provoca –hoy que todo se sabe—enojo por la forma en que son mancillados los principios y valores del ser humano y la manera tan ruin en que pisan la dignidad del pueblo y venden sin pudor plazas y candidaturas pa´que se “chinguen los acelerados”.

Del dedazo a la alternancia, ¿Hacia dónde vamos? Federico no da respuestas porque resignadamente no las hay. La crisis del Poder Público es moral, de sobrevivencia y, sobre todo, de falta de expectativas. Las respuestas intelectuales son pocas. A la crisis de la ética política de 1993 respondió tibiamente en 1999 la sociedad civil organizada. Hoy no parece haber esa reflexión. Por eso es que libros abiertos como los de Federico Riestra ofrecen quizá la única salida posible: la reflexión, la duda especulativa, el regreso a los principios y la congruencia, la revalidación de las ideas.

Ya lo dijo Protágoras de Abdera: el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son.

Riestra nos recuerda que el destino de Baja California Sur y sus habitantes no son los modelos de sociedad sino la equidad y la razón de ser. Los libros como el de Federico son inaprehensibles en cuanto a algún intento de explicación; por eso es que debe bastar con señalar que son libros abiertos, con un principio y sin conclusión porque no hay final de la historia, el periodismo y la política,  pero con una sugerente insistencia en regresar a las ideas. Al final, el libro de Riestra, dialécticamente, constituyen una severa crítica de la razón pesimista, aunque sin dejar de reconocer la profundidad de la crisis general de la sociedad y de los partidos políticos. Si se creía que el desmoronamiento del PRI sería el fin del sistema político choyero y paradójicamente el inicio de la utopía neo comunista, en realidad el estado ingresó en una nueva fase que requiere, ante todo, la revalidación de los partidos políticos: la justicia, la equidad, la congruencia política.

El Libro Del dedazo a la alternancia — a la venta en la librería del Teatro de la Ciudad de La Paz y próximamente en Librerías Ramírez– es, en efecto, abierto, provocador, lúcido. Celebro aquí también al Federico Riestra articulista, analista de la coyuntura, siempre con la frase que convierte a la filosofía en la duda de todas las cosas. Y aún más, al Federico amigo, locutor y conductor de noticiarios, elocuente y pensador, siempre dispuesto a la discusión. Mis pláticas con él se convirtieron en un detonador de mi inquietud no sólo por la noticia sino por la lectura de los ensayistas. Cada conversación con él me obligaba a profundizar en el estudio de la política en cuanto a ideas, a pensamiento crítico, a la búsqueda de las razones profundas. No es fácil encontrar en las páginas de opinión un pensamiento lúcido, sustentado en el razonamiento, la reflexión de las dudas originales y la búsqueda de las causas últimas. Los textos de Federico nos ayudan a evitar lo que podría llamar la maldición de Octavio Paz y saber que una reflexión de fondo puede evitar que nos desalojen del presente.

Parlamentos
Entre los analistas políticos hay una frase que resume el corto plazo: “o ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba entendiendo”. Por eso el gran desafío de la realidad crítica del estado lo representa para la capacidad de análisis de los encargados de intentar explicar lo que ocurre en el estado…Por eso los espacios de opinión de los diarios se llenan con puntos de vista y no con intentos de razonamiento de la realidad puesto que la toma de protesta de la nueva Asociación Civil Unidos por Baja California Sur, deja entrever varias aristas sobre la evolución del rumbo que está tomando la política local…y es que fue un evento que registró una disciplina, convicción y seriedad como pocas veces se había visto…la presencia del priista Ángel Salvador Ceseña y la asistencia del Senador Ricardo Barroso combinan un cuadro de experiencia y energía para construir escenarios que van a transformar la manera de hacer la política en la entidad…lo que no se puede negar es que ya se asomó el liderazgo de este joven legislador que sin hacer mucho ruido anda chambeando y se preocupa por la gente, pero ese tema lo quiero compartir con usted amable lector en otro espacio, lo que si le adelanto es que varios pretensos del PRI  pasaron saliva por la traquea y otros de plano no pudieron evitar escapar uno que otro aroma fétido… Pablo Aguilar líder de las juventudes panistas allá en Los Cabos fue enfático al afirmar que los jóvenes no necesitan de promesas y dadivas puesto que son la esperanza presente y hay que impulsar sus capacidades, para prepararlos y ayudarlos a que estén al alcance de una educación de calidad y con nivel certificado…Pablo Aguilar es de los muchachos que siempre han trabajado en su partido y este debe rescatar sus postulados para que de nueva cuenta los jóvenes sean los pilares de su estructura, tal como lo fue en su fundación cuando Manuel Gómez Morín y un puñado de profesionistas y universitarios le dieron vida a este instituto político.

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