Por Víctor Octavio García

PRI: triste historia de siempre

• CNC; una nueva edición
• Perversidades y traiciones

Con la llegada del nuevo Delegado Nacional de la CNC a BCS, Raúl Meneses Rodríguez, se inician formalmente los trabajos para renovar la dirigencia estatal de ese sector campesino, famoso por el «voto verde» que en ultimas fechas se ha pintado de amarillo o azul, según sean las complicidades, conveniencias y el grado de entreguismo oficial de los «cuadros» que ahí militan. En esta nueva etapa de simulaciones, engaños y renovaciones regresivas, los grupos priístas han iniciado una competencia por el control de ese mal logrado sector, que hace bastante tiempo –cuando menos en BCS– dejó de representar de manera real y efectiva al campesinado y pequeños propietarios, para convertirse sin más en una oficina de gestoría de candidaturas, apoyos de gobierno o «chambas» gubernamentales, para quienes lo controlan.

En esta línea se ubican las aspiraciones de Ramón Alvarado Higuera, cuya trayectoria se a forjado en base a mucha suerte y traiciones, el clásico «coyotaje» ladino de altas complicidades con el poder panista ahora, antes con el perredista. Cuando fue «Rugidor» cobraba con Víctor Guluarte, pero recibía órdenes directas de Leonel Cota Montaño el entonces gobernador, como fue el caso de la famosa auditoria aprobada por Alvarado Higuera en contra de Guluarte Castro para ponerlo quieto. Cuando fue diputado local por el V distrito en su primera edición, cuando votó por el impuesto de los cedulares, dejo abandonado su territorio y ahora es repudiado por esa traicionera hazaña, dejando constancia de su entreguismo ante el «agundismo corrupto» cuando, una vez más, deja solo a Francisco Martínez Mora en su lucha contra los gobiernos perredistas, y todo porque el señor Alvarado pretendía ser dirigente de la Unión Ganadera Estatal con el apoyo del gobernador Narciso Agundez Montaño, cuestión que no logro porque en esa agrupación ganadera nadie lo quería por falso y entreguista. La última que se aventó, fue dejar en el camino por la candidatura a diputado local por el VI distrito al joven Jorge Santana, un cuadro limpio del PRI, hijo de don Jorge Santana González muy querido en la comunidad de Todos Santos, pero Alvarado, fiel a su estilo de «coyotaje ladino», logró hacerse de la candidatura a diputado local, y ahora desde su nueva curul, recibe apoyos diversos del gobierno del estado, para que se «mueva» comprando apoyos y votos «campesinos».

El martes de la semana pasada, el diputado Alvarado, dando ociosas muestras de su arrastre y para impresionar al nuevo delegado Menesses Rodríguez, convocó a un desayuno de “unidad”  en torno a sus aspiraciones para dirigir la CNC, acomedido como es en estos casos, llevó un documento de apoyo que fue firmado por Norberto Olachea, Jesús Murillo Aguilar y Jorge Ramírez Martínez, en el que se sumaban con Ramón Álvarado,  que en el fondo sellaban formalmente las complicidades y el entreguismo de los campesinos priístas con el gobierno panista de BCS, que es lo que verdaderamente significa este acuerdo de unidad.

Preocupa que en base a cuatro firmas, de cuatro personajes que no llenan un tractor de simpatizantes, se quiera construir un nuevo liderazgo dentro de ese sector que se encuentra más solo que el cuadro de Zapata que ostentan en las oficinas centrales de la CNC. La otra lectura de este madruguete, es que pretendan cerrarle el paso a las aspiraciones de cualquier otro campesino con más derechos y capacidades, para dirigir ese organismo como es el caso de Ángel Salvador Ceseña Burgoin, y como se los dijo Raúl Menesses en el desayuno del martes patrocinado por el Congreso del Estado; «He platicado con Ángel Salvador, me comentó de sus aspiraciones, y también con otros compañeros…. “casi le retiran los chilaquiles que degustaba, no les agrado el comentario, por la sencilla razón de que la selecta concurrencia campesina en ese desayuno, jamás a competido por ningún cargo de partido, todos han sido designados dentro del PRI por la obra y gracia del «dedazo». Ahora el dilema es entre dos comunidades, los tdosanteños dicen que Ramón Alvarado es del ejido el Centenario, y los habitantes del Centenario lo niegan dicen que no, que ya se naturalizó todosanteño, de una rivalidad nacida de la imposición, la soberbia y la cerrazón política. ¡Chúpense esa!.

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