Por Juan Carlos Méndez

• Desarrollo regional posible del México imposible
• De la desigualdad social a la disparidad espacial
• Parlamentos….de iniciativas y juanitos

“Hoy en día, el desarrollo regional es una
preocupación mundial que trasciende las ideologías y
los intereses inmediatos.”.
–(Kofi Annan).

El desarrollo económico de México se ha caracterizado por marcadas desigualdades regionales que se manifiestan en la marginación de una gran proporción de la población; en profundas disparidades en infraestructura, producto interno per cápita, ingreso familiar, servicios sociales, grados de escolaridad y calificación laboral; en la excesiva concentración económica y poblacional en grandes zonas metropolitanas, con un acentuado centralismo político y cultural; y un débil ejercicio real de la soberanía de los estados, la autonomía municipal y la democracia participativa.

Al interior de las grandes zonas metropolitanas caracterizadas por un crecimiento desordenado, son también manifiestas las desigualdades territoriales y la ausencia o deficiencia de la planeación espacial, que se plasman en las insuficiencias de vivienda, infraestructura y servicios sociales para amplios sectores de la población, graves problemas de transporte y vialidad, contaminación ambiental y profundas diferencias en niveles de ingreso y calidad de vida.

Las disparidades espaciales en el desarrollo económico y social se mantienen y profundizan por la ausencia de una política de desarrollo regional, es decir de una estrategia integral orientada a corregir las hondas asimetrías espaciales y a propiciar la convergencia de las poblaciones hacia niveles satisfactorios de ingreso y bienestar.

Aunque las asimetrías socioeconómicas en el desarrollo regional constituyen un problema estructural endémico de México, los procesos de convergencia observados entre los años cuarenta y los setenta se truncaron dese los años ochenta, observándose una profundización de las desigualdades regionales bajo el modelo neoliberal. La reducción de la inversión pública en infraestructura, la contracción del gasto en desarrollo regional y urbano, el desmantelamiento de las políticas de fomento industrial y agrícola, la raquítica generación de empleos remunerados, con el consiguiente incremento explosivo del desempleo abierto y encubierto, el desplome de los salarios y el incremento dramático de la pobreza, son contribuciones de la estrategia neoliberal al agravamiento de la problemática territorial y de la inequidad en el desarrollo regional.

La integración neoliberal de México en el TLCAN, en vez de contribuir a reducir las desigualdades regionales, ha tendido más bien a ahondarlas, al priorizar áreas con ventajas competitivas dejando en el abandono a las regiones menos favorecidas y, por ello, ampliando las brechas entre regiones marginales y “prosperas”.

Es ilusorio esperar que la mano invisible del mercado corrija las asimetrías espaciales.  La experiencia internacional indica que las desigualdades regionales, si no son atemperadas por políticas públicas, tienden a agudizarse debido a deficiencias de infraestructura y desarrollo institucional, así como a la imperfecta movilidad del trabajo y el capital.  Por ello, el Estado debe asumir sus responsabilidades en el desarrollo regional, contrarrestando las tendencias del mercado a la ampliación de las desigualdades socioeconómicas espaciales.

En esta perspectiva, como experiencia paradigmática, las políticas regionales actuales en países de Europa y la filosofía que las inspira, deberían ser referente de una política integral de desarrollo regional para México.  Después de reconocer que la integración no necesariamente supondría un desarrollo equilibrado entre las diferentes regiones europeas, se formaron organismos especializados y fondos comunitarios (estructurales y de cohesión social) para compensar los costos sociales de la integración y reducir las desigualdades regionales, induciendo un proceso de convergencia en los niveles de ingreso y bienestar.  Gracias a estos fondos (que se integran con aportaciones de los países en proporción de su PIB per cápita y los reciben las regiones en función de su atraso relativo), a los cuales se agregó el libre flujo de mano de obra entre los países miembros de la Unión Europea, se ha observado un proceso de convergencia.  Por ejemplo, para los países que más recientemente se incorporaron a la Unión Europea, estos fondos estructurales y de cohesión social así como el libre flujo de mano de obra constituirán, sin duda, una importante palanca de su desarrollo.

En el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en cambio, no hay un solo dólar de fondos compensatorios para paliar los costos regionales de la integración, ni existe libre flujo de mano de obra; y en México no existe una política integral de desarrollo regional para reducir progresivamente las desigualdades acumuladas.

Por ello, en lo externo, es necesario introducir en la agenda internacional del nuevo gobierno  México que presidirá Enrique Peña Nieto, una futura negociación para instituir dentro del TLCAN un fondo compensatorio trinacional, como expresión de la corresponsabilidad en los efectos regionales de la integración, además de instituir el libre flujo de mano de obra entre so países miembros del TLCAN.

En lo interno, bajo cualquier escenario supranacional, el país requiere una política de desarrollo regional asentada en una congruente noción de desarrollo sustentable (es decir, que contemple simultáneamente los objetivos de crecimiento económico, equidad social y desarrollo ambiental) y que, basada en un verdadero federalismo, corrija las profundas desigualdades regionales en las oportunidades de acceso a un nivel mínimo aceptable de bienestar.

En consecuencia, nuestro país requiere una geoestrategia interna con visión de largo plazo, que planifique el desarrollo espacial y articule las políticas de desarrollo general (especialmente las de educación, nutrición, salud, vivienda e infraestructura residencial), así como las políticas de fomento económico (industrial, agrícola, energético, de infraestructura hidráulica, de transporte, etc.) en un sistema integrado que incluya la participación de las regiones en el diseño y supervisión de las políticas y no solo de su ejecución.  Además, es necesario desarrollar, sobre bases democráticas, las autonomías aldeanas, municipales y estatales en la planeación, financiamiento y gestión de desarrollo, así como la política de ingreso y gasto público para incrementar los recursos propios de las aldeas, municipios y estados, sobre todo de los menos favorecidos, ampliando las bases materiales de su soberanía.

Teniendo a la región como variable y agente central de las policías de fomento económico y social, será factible crear y desarrollar con más éxito las habilidades regionales, su vocación para absorber desarrollos tecnológicos, sus capacidades empresariales y el aprovechamiento de las externalidades asociadas a los conglomerados productivos que México deberá impulsar para acortar resueltamente las brechas de productividad, ingreso y bienestar que nos separan de los países desarrollados.

Parlamentos
Muy atinados los razonamientos del Doctor en Educación Edgar Ojeda en torno a la iniciativa con proyecto de decreto que reforma el sistema educativo nacional para instaurar como obligatoria la educación media superior, en uno de los temas que más debería de apasionar al magisterio local se demostró que no hay mucho interés ni de parte de ellos ni tampoco de la mayoría de los políticos locales ya que brillaron por su ausencia…el tema de la reforma educativa es prioridad para coadyuvar en el fortalecimiento y solidez de las instituciones en México, por ello los esfuerzos compartidos de la Diputada Guadalupe Olay Davis y de los Diputados Juan Alberto Valdivia Alvarado y Ramón Alvarado Higuera no deben tomarse como meros oficios legislativos, por ello es digno reconocer la gran tarea de representar el poder constituyente permanente o poder revisor como lo sustenta el artículo 135 constitucional y difundir primero para discutir esta reforma que nace de la iniciativa que el entonces Secretario de Educación Pública Alfonso Lujambio… a Alfonso Gavito se le ha visto muy activo y está mostrando su capacidad con resultados que hay que reconocerle sinceramente, un funcionario con experiencia en el tema de la comunicación social y un gran interlocutor que conociendo su labor magistral como catedrático universitario no es de extrañarse su vocación por la tolerancia y convicción por la libertad de expresión…hablando de proyectos de reforma el Senador Carlos Mendoza ya se subió a tribuna pero para pronunciarse contra el fuero de los altos funcionarios, incluyendo con ello al poder legislativo… cuidado! Porque podría salirle el tiro por la culata ya que dentro de la división de poderes que delimita con acertado tino nuestro Constitución no existe exclusividad para ninguno y cada uno de ellos cuenta con seguridad jurídica para desempeñar leal y patrióticamente la representación soberana… no dudamos la intensión del Senador sudcaliforniano de cumplir con sus compromisos de campaña pero queremos advertir que su iniciativa con proyecto de decreto que reforma los fueros constitucionales en México, indiscutiblemente tendrán que ver con la modificación del Artículo 110 de nuestra Carta Magna y con ello una serie de modificaciones en detrimento de la autonomía de los poderes de la unión y que este proyecto de reforma se encuentra vinculado desde nuestra perspectiva con lo modificación del artículo 61 de la propia constitución, el cual previene que los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiesten en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas, pero ese tema lo voy a desarrollar en otro espacio con más detalle, por lo pronto solo es un extrañamiento para nuestro querido amigo docto en Derecho del que consultamos ante el órgano correspondiente sobre los estudios que ha realizado pero no encontramos constancia de cedula profesional o en su defecto número  oficial de las dos maestrías que siempre ha mencionado que con orgullo cursó, pero no me hagan caso a lo mejor la SEP no ha subido los números de cedula a sus sistema, esperemos y no sea una pifia como la de su homologo Ricardo Barroso que ni estudió, ni trabajó ya que su único oficio o primer antecedente fue ser el chofer de Esthela Ponce Beltrán, lo cual es digno porque es un trabajo honrado, pero lo que si nos consta es que no tiene ninguna cedula profesional que acredite que es profesionista, y de ahí el mote de “juanito” por su dependencia a quienes dicen que si estudiaron lo cual se corrobora con el payaso que tiene de secretario particular un tal Rufino que ha resultado ser un “rufián” que no es apto para estar en un Parlamento de tal envergadura, porque me pregunto ¿cómo serán los diálogos con sus homólogos asesores y secretarios? Pero en fin ese tema también lo veremos en otro espacio.

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