• Indolencia  de autoridades afecta a trabajadores del COBACH y a miles de estudiantes

Por Carlos González Muñoz

Desconozco que habrá sucedido después pero a las once de la mañana de hoy martes eran casi un centenar de afiliados al Sindicato de Trabajadores del Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California Sur los que sentados sobre las escaleras de acceso al Palacio de Cantera, esperaban  de un momento a otro que autoridades del Gobierno del Estado llamaran a la representación sindical y que, por fin,  estos bajaran del edificio con alguna buena noticia.

Abandoné el lugar casi a las doce pero no hubo mala ni buena nueva, ni siquiera  la entrevista se dio, lo que en lenguaje llano significa que la indolencia va a continuar aunque se pretenda hacer creer a la opinión pública que hay interés del gobierno del Estado por resolver un conflicto laboral que ha llevado a estos asalariados a manifestar su descontento de la manera en que han decidido hacerlo, y que de prolongarse podría desembocar en un emplazamiento formal a huelga por violaciones al contrato colectivo de trabajo.

El plantón intermitente que han venido realizando estos ciudadanos en ejercicio de sus derechos laborales es sólo para advertirles a quienes tienen en sus manos su destino y el de sus familias que no se vale jugar con las condiciones de trabajo y afectarlos en donde más duele a cualquier persona: en su ingreso, en su bolsillo, y que por ahora solamente se trata de una visita digamos de cortesía.

Este miércoles los trabajadores administrativos y docentes al servicio de una de las más prestigiadas instituciones de educación media superior en la entidad cumplen una semana de protestas frente a la oficina en donde despacha Marcos Covarrubias para reprochar que él,  las autoridades educativas involucradas y por supuesto el Director General del Cobach,  a todos ellos les  ha valido gorro cumplir con puntualidad y sin regateo el pago completo de sus salarios, incluidos incremento y retroactividad  a partir del mes de febrero, poniendo en riesgo la educación de miles de jóvenes recién egresados de la secundaria y que están a la espera de entrar a cursar la preparatoria.

¡Hágame usted el favor!, ¡unos  pesos ya presupuestados pero que no aparecen impiden el inicio de clases de seis mil estudiantes!

Desde el anterior gobierno pero aún más en el actual hay evidencias de que en BCS a la clase asalariada se le da un trato de segunda, uno  muy diferente a la relación privilegiada  que gozan los organismos cúpula de la iniciativa privada,  los inversionistas y empresarios, más si son extranjeros, a quienes  les abren abyectamente las puertas de BCS como lo hicieron algunos pueblos mexicas con Hernán Cortés, se les permite violar las leyes mexicanas, y se les toma en cuenta incluso para el diseño de políticas públicas.

Pero,  ¿compromisos serios con un sindicato?, ¿con los proles?, ¡qué naco!, ¿no?

Como podemos ver a través de este singular episodio que protagoniza uno de los pocos sindicatos democrático y combativo que existen en la entidad, en México y en BCS, particularmente, a la clase trabajadora hasta un mísero incremento salarial se le regatea.

Las autoridades gubernamentales están obligadas a dejar de lado la indolencia con la que vienen manejando sus relaciones con la clase trabajadora sudcaliforniana y particularmente con la organizada en el sindicato aludido,  porque los profesores y trabajadores administrativos del COBACH, a diferencia de otros sectores de trabajadores establecidos en la entidad, ellos si cuentan con un organismo sindical que defiende verdaderamente sus intereses,  algo de lo que no pueden presumir los empleados de PEMEX, CFE, WALL-MART, SORIANA, SNTE, CHEDRAUI, LEY, EL ZARAPE, LIVERPOOL, OXXO, LA PARISINA, los afiliados a la CROC, CTM,   y cientos de etcéteras, lamentablemente.

#YoTambiénSoyCobach