Welcome to Tijuana
Por Eligio Moisés Coronado
Es éste un buen libro. Pero debo empezar confesando que cuando fui invitado a participar en su presentación, el título me produjo desconfianza y el prejuicio de que se trataba sólo de una edición promocional del turismo para aquella ciudad norteña de nuestra California mexicana.
Igualmente temí que, como pudiera esperarse de una publicación destinada a alentar el turismo hacia esta región, estuviese plagada de “baja” por aquí, “baja” por allá y “baja” por todas partes. Afortunadamente no es así, ya que, con excepción de algunas sinrazones sociales y un dislate del traductor en la página 15, todas las referencias a las dos entidades de la península, y a la península misma, se hacen sin escamoteos de su nombre original de California.
Ya en posesión física del volumen, la primera impresión –la que cuenta- es el prólogo, intento de poema de José Galicot que habla favorablemente del espíritu que animó la concreción de este proyecto bibliográfico.
Independientemente de la cuidada calidad de la edición, de la oferta bilingüe del texto y de que efectivamente cumple su objetivo promotor del interés por Tijuana -que es para los visitantes potenciales pero con dedicatoria explícita a sus propios pobladores-, el volumen se halla integrado por una importante cantidad de páginas que se refieren a su historia.
Historia joven, es cierto, nutrida de acontecimientos que han ido conformando a la sociedad tijuanense de nuestros días en una especie de crisol en que se han fundido personas, hechos y cosas de los más diversos orígenes.
Conocer el pasado y la actualidad de Tijuana deviene necesariamente aprecio por el empeñoso afán de quienes la convirtieron en la urbe del millón y medio de habitantes que ahora es. Este libro ayudará a hacerlo si a la sincera intención de su autor Álvaro Montaño Rubio puede aunarse la voluntad política de difundir la obra como texto en los centros escolares de Baja California, primordialmente para los estudiantes que ahora pueblan el antiguo rancho de la tía Juana, que por su parte es un mito tal vez, mas qué es la identidad sino un cúmulo imprescindible de mitos, ritos y símbolos.
Es éste un libro evidentemente hecho con cariño por Tijuana, tanto que pudiere parecer excesivo al grado de mostrar minucias interesantes como la de los nombres de ciudades del mundo cuyos nombres inician con “T” y tienen igualmente siete letras, o los otros nombres que ha recibido la ciudad en el transcurso de su existencia, entre ellos “Tiguana”, que es igual que el de “San Andrés Tiguana”, como bautizó el jesuita Clemente Guillén a un sitio de camino entre Loreto y La Paz en 1720.
Éste constituye también un libro de descubrimientos: Tijuana es punto de encuentro entre la historia y el futuro, gozne entre Latinoamérica y el universo anglosajón, entre el primero y el tercer estatus del desarrollo económico, la cultura y la civilización, la antigüedad y la postmodernidad, entre dos visiones del mundo y de la vida. La Sociología debería preguntarse (o tal vez ya lo hizo) si ello tendrá derivación traumática para los tijuanenses o se han adaptado de alguna manera o integralmente a la circunstancia permanente de existir pensando, estando, queriendo y siendo en español, inglés y lengua indígena.
Libro hecho sin duda con alegría, optimismo y orgullo filial, sus últimas palabras son para recordarnos, como especie de corolario, que “Tijuana es ciudad heroica.”
Lo creemos también, sin regateos.
(Fue presentado el jueves 23 de febrero de 2012 en el Centro Cultural La Paz)
Colectivo Pericú cita CRÓNICAS SUDCALIFORNIANAS
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MUY INTERESANTE COMO SIEMPRE. OJALA PARA EFECTO DE QUE NUESTRO ESTADO NO TENGA COMO NOMBRE «BAJA» AL SER NUESTRA REGION LA ORIGINAL Y PRIMERA DE LAS CALIFORNIAS, SE PUDIERA EFECTUAR UNA INICIATIVA PARA ADOPTAR EL NOMBRE DE «SUDCALIFORNIA» RESULTA MAS REPRESENTATIVO Y MENOS DESPECTIVO NO CREEN?
Y tu colectivo pericu te atreves a dar un resultado ¨CERO¨ si ni siquiera sabes que es lo que estaban haciendo, eres un medio muy mediocre que solo alerta a esta bola de mal informados que todo se creen.
YA BAJALE MANITO ES DOMINGO …….NO CHIFLES ,DEJA DESCANSAR…..¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ESTAS PEOR QUE ESE CUATE COTA
k paranoiko estas, seguramente los indigenas y/o primeros pobladores de la baja california y de todo mexico eran de otro continente, la neta k si estas paranoiko (en mi rancho se les conoce como p..!!!
Mas bien los pendejos son los que sabiendo leer no entienden lo que leen.
Como tu comprenderás…
Muy interesante, espero que poco a poco se haga conciencia y se respete el nombre tan hermoso y ORIGINAL de nuestra península, que no es otro que CALIFORNIA, ahora usurpado también por los gringos que le llaman despectivamente «baja» a la nuestra, ante la apatía de la mayoria de los habitantes de los dos estados.
«Que no tiene nada de malo que al cabo es un nombre comercial», «no lo tomes tan en serio», son algunas de las razones que siempre sacan los ignorantes para justificar el llamarle «baja» a la California original.
Por cierto, antes de que empiezen a rebuznar ciertos personajes, los californianos somos nosotros, los que descendemos de los mineros, soldados y rancheros que se establecieron aquí, y los que fueron llegando con el tiempo. Los indígenas guaycuras, cochimíes y pericúes no eran californios, porque este es un término español, ellos eran eso: guaycuras, cochimíes y pericúes, así como los aztecas, tlaxcaltecas, mayas, otomíes, totonacas, mixtecos, yaquis, etc, no eran mexicanos, los mexicanos somos NOSOTROS.