En la parte Norte de la península, abundan mesetas y valles cuyas aguas, si se represaran y distribuyeran convenientemente, harían los terrenos de ese rumbo asombrosamente fértiles. La del Sur está bien surtida de agua, especialmente en la región del Cabo y tiene algunas de las mejores plantaciones de caña de azúcar de Méjico.
–J.R. Southworth. Septiembre de 1899.
John Reginald Southworth es un personaje desconocido, pero su herencia es tan grande que hasta en Los Cabos dejó presencia. No física pero si a través de su palabra escrita. Poco se sabe de él, fuera de que nació en los Estados Unidos, posiblemente en San Francisco, lo que sí es seguro, el año de nacimiento, 1861. Tiene la ventaja de saber escribir, y lo hace muy bien, es un excelente cronista, lo que a su época se entendía como Promotor o Publi Relacionista lo desarrolla a la perfección. Era la época en que México requería de una gran promoción, de darlo a conocer por el mundo y mostrar las riquezas que aquí había, su minería, pesca y agricultura, entre otras cosas. Porfirio Díaz gobernaba un territorio que le era prácticamente desconocido, especialmente la zona Noroeste, es en 1896 que encomienda a Southworth el recorrer la zona y contarle como es.
Su trabajo se traduce en tres espléndidos libros, los primeros de una larga producción, que narran la situación que guarda Sonora en 1897, Sinaloa en 1898 y Baja California en 1899, de este último extraigo para ti una de las descripciones más hermosas que sobre Los Cabos se hayan escrito jamás, cuando el lugar era un paraíso y se perfilaba, a finales del siglo XIX con una enorme vocación turística.
Leer a Southworth nos lleva por un lado al ritmo apacible de una época ya perdida, y por el otro a una fuente importantísima de datos estadísticos del México porfiriano. De quienes eran los comerciantes, los acaudalados, los médicos, abogados, contadores, incluso el encargado de la oficina postal de los, en aquella época, pocos lugares poblados de la península de Baja California.
Es impresionante consultar la historia del México de esa época y darnos cuenta de que los testimonios de Sothworth son tan importantes que no hay libro que no lo mencione cuando queremos saber más de lo acontecido no solo en el noroeste de México, sino en Veracruz (1900), Oaxaca (1901), Puebla (1901), Distrito Federal (1903), Yucatán (1905) y sobre la minería en México (1910) hay siempre una referencia a la obra, importantísima de Southworth.
Al leer sobre San José del Cabo, lo que atinadamente él denomina como La Región del Cabo, nos lleva a conocer más sobre esta parte del México desconocido que no quiere serlo mas, con la curiosidad de constatar lo que el autor dice, me fui a caminar por la zona que posiblemente albergó en su momento los fértiles valles que comenta, las plantaciones de caña y su producción azucarera que fue de exportación, dada la calidad del producto y si, allí está, esperando para ser descubierta a los más interesados en aprender a ver, lo que está delante de los ojos y que por el ritmo de vida actual, sencillamente no quieren ver.
LEER DESCRIPCIÓN PROFÉTICA DE SOUTHWORTH ESCRITA EN 1899 «LA REGIÓN DEL CABO» (Click aquí)
COLECTIVO PERICÚ CITA A BENJAMÍN ARREDONDO EN VAMOS AL BABLE
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Muy buena información. Creo que es mas que evidente lo que muchos ancianos cuentan, que antes las lluvias eran mas abundantes en el sur del Estado, aunque el clima siempre ha sido árido, ese mayor número de precipitaciones contribuían a la recarga de los mantos, al reverdecer del monte y a la formación de mas ojos de agua, y los oasis que aún existen eran mas grandes.
Ante este tipo de situaciones, creo que no sería descabellado pensar en recuperar parte de esas lluvias que se nos fueron, hoy existe la posibilidad de estimular las precipitaciones por medio de ionización y de la «siembra» de ciertos químicos en las nubes. Como dicen los güizapoles, aquí las nubes salen a «hacerse pendejas», y es que se forman unos nublados bonitos, que se los lleva el viento.
¡Por lo menos hay que intentarlo!
Excelente lectura, muy gratificante porque J.R. Southworth logra transportarnos a un mundo que aun sigue prevaleciendo de cierto modo en nuestra querida sudcalifornia., muy bien colectivo…..