• Acaba de presentar una iniciativa en el Senado
• Ya no más cobros de piso ni cuotas a empresarios
• Texto completo de la propuesta

México, D.F.- Como representantes de la misma sociedad mal haríamos en cegarnos ante la realidad, lo que debía de convertirse en un paliativo que aliviara el cáncer social que representa la delincuencia organizada, se ha convirtió en un revulsivo, que provocó que diversos grupos se hicieran menos sigilosos, mas impunes y más violentos.

En todo el país se ha desatado una guerra entre carteles de la delincuencia, por el control de las diversas plazas, lo que provoca que los costos de operación de estas organizaciones se eleven cuantiosamente. Si a ello, le agregamos el hecho de que el tráfico de drogas se ha convertido bajo este gobierno, en una tarea onerosa y difícil de realizar, observamos que los grupos que hacían de dicho tráfico su actividad primordial, se han encargado de buscar la consecución de otras actividades delictivas tales como el secuestro y la extorsión.

Acerca del secuestro, mucho se ha avanzado en el tema, hasta el día de hoy es uno de los delitos que cuentan con la mayor de las penalidades en el país y se encuentra dentro de las conductas que contempla la Ley en Contra de la Delincuencia Organizada. Sin embargo, en materia de extorsión, el avance ha sido limitado, cuestión contraria a la realidad que se nos presenta.

De manera alarmante, observamos que desde La Paz Baja California Sur, hasta Mérida, Yucatán, pasando por todas las ciudades mexicanas, en contra de personas o empresas, la práctica de la extorsión en sus modalidades de cobro de piso, cobro por protección, amenazas en la seguridad de la propia persona o la familia o la propia simulación de privación de la libertad, telefónica o presencial, por mencionar sólo algunas, se han arraigado y se repiten día a día, cada vez con más frecuencia, dejando traumas irreversibles a quien lo sufre, tal como si fuera privado de su libertad.

No puedo dejar de mencionar que el sector turístico al que pertenezco se ha visto altamente afectado por estas prácticas de extorsión, que se da en prácticamente todos los destinos del país y que están matando a la industria turística mexicana, la que hace algún tiempo, tenía el mayor potencial de crecimiento.

Tampoco olvidemos, que por la realización de este delito y la impunidad con que actúan sus autores, se han dado en el país, desgracias mayúsculas, como la reciente muerte de más de 50 personas inocentes, que sólo buscaban divertirse, en el casino en la ciudad de Monterrey.

Uno de los objetivos básicos del contrato social, se refiere a brindarle al ser humano o persona que decide unirse a dicho pacto general y someterse a las convenciones de la mayoría, la seguridad y tranquilidad de convivencia, necesaria para el desarrollo de las actividades productivas o de subsistencia de la persona humana. Sin embargo, con la extorsión se priva al individuo de bienes patrimoniales, pero también se le priva de su seguridad, de su tranquilidad, se le aterroriza en su persona y familia y por qué no pensar que también se le priva de la libertad de actuar de la forma que mejor le parezca a cada persona en el ámbito legal.

Por ello, considero que el tratamiento penal que el día de hoy se da a la conducta de extorsión se encuentra rebasado.

La reforma que el día de hoy someto a la consideración de este honorable pleno, propone modificar los artículos 390 del Código Penal Federal; 2° fracción VII de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada; y 14 de la Ley General Para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, Reglamentaria de la Fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Con esta reforma, se busca elevar la penalidad del delito de extorsión genérico. Además, la presente reforma también propone incluir el delito de extorsión en el catalogo de los delitos que castiga la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.

Por ende, toda vez que la realidad nos ha rebasado, propongo que el delito de extorsión, de manera general y también especial cuando es cometido por miembros o grupos de la delincuencia organizada, aumente su penalidad y especialice su tratamiento en términos de la Ley contra la Delincuencia Organizada, cuando la conducta sea realizada por miembros de dichas bandas.

Con la reforma integral en los términos que se propone, un extorsionador perteneciente a algún grupo de la delincuencia organizada, por su conducta podría alcanzar una pena de hasta 40 años de prisión.

Esto, si bien no evita la realización del delito, sí permite que se castigue de manera enérgica la propia conducta y sobre todo, que a los sujetos capaces de lucrar de esta forma con la tranquilidad y bienestar de los buenos ciudadanos mexicanos, se encuentren fuera de nuestras calles.

Todos sabemos que el incremento de estos delitos son consecuencia de falta de oportunidades, de empleo o de rampante desempleo, de educación, por desintegración familiar y otros problemas más y vicios.

Muchos celadores y algunos directores de penales deberían ser procesados por permitir a reos el uso de indebido de celulares dentro de las prisiones. Incrementar las penalidades contribuirá a desincentivar el delito en comento.

Señor presidente le solicito muy atentamente sea registrada en el Diario de los Debates la iniciativa tal y como se encuentra en la Gaceta Parlamentaria el día de hoy.

Es cuanto.