- Tres homenajes de su pueblo que lo adoptó con gran cariño
- Pescadores se suman espontáneamente a su despedida
- Bomberos, con sirena abierta le rinden tributo
- Sus restos al Santuario de Guadalupe
Cabo San Lucas, B.C.S.- Ayer el tiempo se detuvo en este puerto. Sentimientos encontrados de tristeza alrededor de un hombre que entregó todo su amor, esfuerzo y cariño por esta tierra, como ningún otro. Don Luis Bulnes Molleda descansa en paz.
Y ahí estaban todos, desde el más humilde de sus trabajadores hasta los más encumbrados empresarios unidos en un sólo dolor por la partida de este personaje que como el Arco, es un emblema de liderazgo y ejemplo sobre lo que sí se debe hacer.
Fueron tres homenajes y fue imposible para muchos contener sus emociones y guardar compostura. Algunos rompieron en llanto ante la presencia de los restos del patriarca de la familia Bulnes que trasladados en el buque turístico Cabo Rey fueron objeto de un tributo de los hombres del mar que tanto quiso. Otros diluyeron su dolor al ritmo de las olas que extrañamente esa tarde lucieron apacibles.
Frente al famoso Arco de Cabo San Lucas los aplausos al héroe que enfrentó exitoso las más graves crisis económicas y nunca se arredró ante la adversidad. Al contrario, siguió produciendo mucha riqueza de espíritu con su incansable ejemplo de trabajo.
Al regreso una caravana espontánea de sus siempre amigos pescadores, que se unieron en interminable desfile.
Más tarde vendría la entrega total de su Heróico Cuerpo de Bomberos al que tanto apoyó. El reconocimiento sincero ante la mirada de su familia encabezada por su ahora viuda doña Conchita Bulnes, que sumida en una gran tristeza observó y sintió las muestras de afecto para su marido.
Y las sirenas lloraron a la par de Cabo San Lucas, rumbo al Santuario Guadalupano donde se ofició una misa en su honor.
Afuera decenas de personas que al saber que se trataba de don Luis Bulnes intentaron entrar para presentarle respetos y darle el último adiós. No todos lo lograron, pero así suele suceder ante los grandes personajes que tienen esa virtud de atraer los más nobles sentimientos.
Después de la misa solemne, sus cenizas fueron depositadas en una cripta en el hogar de la guadalupana a la que consagró su lucha y la que le acompañó en sus éxitos y fracasos.
Ahora a su lado, seguramente cuidará de este puerto y su gente que mucho lo quiere.
¡Don Luis Bulnes vive y seguirá viviendo en nuestros corazones!
¡Qué descanses en paz, amigo!
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