ABCdario


Por Víctor Octavio García

Cacería

  • Manríquez, y la cigüeña

Pardeando, con el sol a medio chile, llegamos al Cantil de Abajo. La gritería de una noche anterior; los “buñuelos” y el recalentado del día siguiente nos habían distraído de la “guasanga” de los “hijuelachingadas”. Llevábamos cuatro salidas en balde sin agarrar ningún “hijuelachingada”. Dos días antes de navidad, Ángel César Mendoza Arámburo, como todos los años, se había hecho presente en mi casa con tres “pomos” de Cazadores Reposados: Víctor, hay te encargo una “machaquita” si agarras un “hijuelachingada”, me dijo, luego de un fuerte abrazo. No se preocupe ni se desespere; hay se la haré llegar, le respondí. (La última vez que le regale una pieza (cuarto) me comentó que doña Luz lo había preparado luego de marinarlo con vino tinto).

Firmato llevaba rato esperándonos; desde temprano lo habíamos amenazado que íbamos solo a comer buñuelos; nada de salir pal monte. Doña Lupita, hacendosa como siempre, nos recibió con un cariñoso abrazo. Las visitas ya se habían retirado y solo quedaban los estragos de los “bullicios” de “nochibuena”. El Arepa, sentado en una vieja poltrona con asiento de baqueta pelando cacahuates. Manríquez, Fidencio y un servidor integrábamos el equipo ante las sentidas ausencias de Manuel, el Coyote con Frío, el Juan y el Poco Lonchi. Doña Lupita no tardó en servirnos café recién colado y ofrecernos menudo.

Sobre la mesa (con un mantel para la ocasión, de vivas figuras navideñas– Firmato nos contó las últimas nuevas. Tres días antes de “nochibuena”, el Coyote con Frío y el Juan habían “parajeado” en los “Brellalitos” donde le habían tumbado las pezuñas a un venado de seis picos –según versión del Coyote con Frío– pero no habían agarrado nada. Para esto, Firmato había salido a “campear” dos días después de la “acampada” del Coyote con Frío y el Juan y se topó con las “juellas” del animal “despezuñado”. De acuerdo a la “orientación” de Firmato, el animal se había metido en el ancón de los “columpios” donde el monte es espeso para protegerse y restablecerse de la herida. Según Firmato, el venado seguía encuevado en el ancón. Firmato que llevaba rato hablando del venado baleado fue interrumpido por Manríquez quien me pregunto, a boca de jarro; como la vez toca –con ánimo que le dijera, vamos a buscarlo–. Como no le conteste Fidencio se metió en la platica; primo, le dijo a Manríquez, que tal sí le pegamos una buscada, le propuso. Manríquez asistió con la cabeza en señal de aprobación, mientras doña Lupita nos servía más café. Antes de levantarnos de la mesa tomamos la decisión de salir en la mañana a ver si de chingadera nos daba chanza de tirarle. Como no llevábamos armas, haríamos uso de la 30/30 de Firmato y el .243 del Juan. Esa noche nos acostamos temprano porque había que “madrugar” al día siguiente.

Noche tranquila; con mucha luna, un poco de frío y sin viento. Como toda la noche me levanto a orinar, de vez en cuando escuchaba el “aullar” de los coyotes y los bramidos de alguna res. En cuanto apareció el “lucero” Firmato se levantó a atizar las hornillas para colar café. Espere un rato acostado sobre el “tendido” hasta que olí el rico aroma que desprendía el café recién colado. Sin lavarme la cara ni los dientes, me acerque a las hornillas para servirme un suculenta taza de café (la segunda taza de café me la tomé con espuma de leche recién ordeñada).

Los “columpios”, quedan cerca del rancho, cuando mucho dos kilómetros y medio, es una zona plana pero muy enmontada. Rara vez “venadeamos” por lo intrincado del monte, pero esta vez había una razón de peso; un venado herido de seis picos que meses atrás le habíamos soltamos varios “pajuelazos” que los había esquivado como todo animal mesteño. Antes de salir, me serví la segunda taza de café y con la misma me dirigí a los corrales donde Firmato estaba ordeñando para echarle espuma de leche al café. Nos apertrechamos con las armas; Manríquez con .243 del Juan, Fidencio y yo con la 30/30 de Firmato; no llevaríamos agua porque caminaríamos un rato, salvo los mecates y cuchillos. Antes de agarrar la vereda con dirección a los “columpios” nos alcanzó doña Lupita con varios burritos de machaca martajada envueltos en un paliacate colorado.

En cuanto llegamos al ancón nos asignamos las áreas que “peinaríamos”; Manríquez, con el rifle (.243) con mira, por las faldas de las lomas del “cirguelar”, en tanto Fidencio y yo, con la 3030 de grano libre, le cortaríamos al viento para revisar la zona más enmontada del ancón. Fidencio, experto en cortar “juellas”, salió adelante “husmeando” cada pisada, cada “trilladero”. En la noche había caído mucho sereno, así que cualquier trilla sería fácil de seguir. Pese al sereno no detectamos ninguna “juella” a lo largo de las primeras dos horas de caminada. Más adelante, nos detuvimos más de medía hora en medio del ancón observando un gato montés que de momento no nos sintió no obstante la corta distancia de donde nos detuvimos. El felino (que a mi juicio era lince por el tamaño) con magistral sigilo “venteaba” las entradas de unas cuevas seguramente de liebres, conejos o ratones. Por sus diestros movimientos, como si se tratara de una danza ritual, el animal levantaba la pata delantera, deslizaba su dorso con fina elegancia mientras sus patas traseras sostenían con excepcional equilibrio aquellos sigilosos y suaves movimientos. De pronto, el animal nos sintió y pegó la estampida perdiéndose entre el monte.

Apenas habíamos dejado de ver esas escenas que en lo personal disfrutó, cuando escuchamos un “pajuelazo” del .243. Nos quedamos inmóviles unos segundas para ver que pasaba cuando ¡palos! el segundo “pajuelazo”. Se oyó bofo, dijo Fidencio, con los ojos brillosos de emoción. Esperamos otro rato para ver si había más disparos. Después de cinco minutos, Fidencio se orientó en dirección hacía donde habíamos escuchamos los disparos. Caminamos más de media hora sin ver rastros hasta que, en un limpio, alrededor de unos palo adanes, divisamos tendido el animal. Efectivamente, el animal tenía dos chingazos; uno arriba de la paleta delantera y el otro, debajo del sobaco. Los disparos de Manríquez hicieron blanco en las paletas del animal siendo el último letal porque agarro las partes más sensibles. De cualquier forma con el primer disparo el animal tarde que temprano se doblaría, sin embargo, el chingazo que llevaba en el sobaco fue letal. La pesuña delantera del lado izquierdo, totalmente desbaratada a punto casi de engusanarse. Ahí mismo, sin esperar a Manríquez, lo arrimados a un cardón y como pudimos lo colgamos sobre un brazo para secarle las tripas y dejarlo destilar, mientras íbamos al rancho por una bestia para “paletearlo”. Podíamos haberlo paletearlo entre los tres –Manríquez, Fidencio y yo– pero decidimos ir por el macho viejo para horqueteárselo en las ancas. En cuanto llegó Manríquez le tronamos pal rancho por la bestia, mientras Fidencio se quedo con el animal. Sobre la vereda Manríquez me pregunta; toca, como las ves con el .243, le pegue donde más le dolió. Así es, le conteste, el chingazo que le mandaste de media loma lo dejo herido pero no quebrado; el segundo “pajuelazo” fue letal. Ante mi repuesta poco enjundiosa, me respondió; tienes razón, toca. Y seguimos caminando.

Media hora después llegamos al rancho. Firmato había escuchado los dos “pajuelazos” e intuía que habíamos agarrado el venado de seis picos. No tardó en preparar el macho con un “borriquete” y ¡fierros! Por el de seis picos. En menos de una hora estábamos de regreso en el rancho con el codiciado ejemplar colgado sobre una viga del corredor. El Arepa, que es experto en descuerar, se dio a la tarea de hacerlo sacando las piezas del animal sin cortar ninguna pulpa. Doña Lupita había recalentado birria de chivo, así que dejamos el lomo para prepararlo otro día en bistec ranchero. Colgamos las piezas sobre las vigas del corredor para que se “jueran” “oreando”. Esa tarde, fue cuando probamos los buñuelos no obstante los propósitos iniciales de visitar a Firmato solo para comer buñuelos, “pero no salir pal monte”. No cabe duda –como reza el dicho– que primero cae un hablador que un cojo.

Después de almorzar nos sentamos a jugar malilla, tomar café y comer buñuelos. Durante la jugada Firmato nos platico la tragedia que vive con las secas y falta de lluvia. De diciembre al 3 de enero se le murieron 7 vientres. No obstante que sembró pastizal en la huerta en lugar de chicharro, fríjol pinto y garbanzo, no se da abasto para mantener el ganado; les granea a los más jodidos y tres vacas que ordeña para el café porque la paca de alfalfa anda arriba de los 80 pesos y el saco de concentrado peina los 150 pesos; así que el dilema que enfrenta es; comer o mantener el ganado. Solo por curiosidad le pregunte se recibía algún tipo de apoyo por parte del gobierno a lo que me contesto que no, que el único apoyo es el de sus hijos que lo ayudan para comprar forrajes. Desde hace dos años, cuando se le jodió el viejo motor de bandas que después sustituyó con un moderno motor Perkins diesel de 4 cilindros, no ha hecho silos, amen de sus dolencias por la edad.

Jugamos hasta cerca de las nueve de la noche. Doña Lupita había “atizado” en el corredor de afuera sin ningún propósito aparente, salvo que el “atizadero” nos brindara calor. Como las brazas estaban al rojo vivo, dispusimos poner la parrilla y dejarle “caí” medio costillal del de seis picos. Solo le rociamos sal entera. Firmato tomó la batuta de asarlo con paciencia y sapiencia, dándole vueltas para que se “juera” asando lentamente sin que se quemará o quedará reseco. La técnica dio resultados. Media horas después nos deleitamos con costillas jugosas, aunque un poco duras, pero con un sabor inigualable. Esa noche nos acostamos un poco más tarde que la noche anterior, porque nos quedamos a platicar en el corredor alrededor del “atizadero” disfrutando de un que otro trago de Cazador Reposado cortesía del ex gobernador Mendoza Arámburo.

Al día siguiente, después del ajetreo matutito (la ordeña, bombear agua, cortar pastura para el ganado y partir leña), mientras doña Lupita destendía una de harina sobre el comal, Fidencio se dio a la tarea de preparar el bistec cortándolo en “medallones”, picar la verdura y recalentar fríjol. Después de almorzar nos retacharíamos para esta ciudad. Para esto, le dije a Manríquez: Oyes toca, después de comer, nos vamos. Manríquez se quedo pensativo, autista y después de varios segundos me respondió. Sabes qué, toca; vivó en permanente inconformidad con la cigüeña. De entrada no le encontré sentido a su repuesta y le pregunte, porqué con la cigüeña; porque yo no se –me respondió–porque jijuelachingada me tiró en el barrio del Choyal y no en la casa Ruffo. Ante su repuesta, sería, sesuda y revolucionaria, solté la carcajada.; reflexión profunda que sin rubor, suscribiría dos días de habernos pasando a toda madre en el Cantil de Abajo. ¡Que tal!

Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com

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13 comentarios en “ABCdario

  1. Avatar de miguel miguel

    haha los qe nunca han ido a cazar o a pescar o aun qe sea salir a campiar o dormir en el monte no sabe lo qe es bueno jaja me rio de la bola de pendejos qe comentan criticando!!alejense tantito de la ciudad y salgan al monte a despejar la mente jaja una carnita asada abajo de un mezqite ! y con un ochito aun lado vas a qerer jaja dejen de aserla de protectores de animales por favor jaja,,, sin ofender :)!

  2. se ve que estos weyes que critican sin conocer las aventuras de las gentes del los ranchos seranos, gente noble y que esta bola de estupidos no entienden, comprenden. po que son de afuera y quieren apantallar con sus mamadas de conservadores de la fauna y flora.
    tontos que se dejan manipular por una bola de weyes que no tienen quehacer y copean a los gringos: Los mas depredadores y contaminadores del planeta.
    y quieren tener un lugar para disfrutar de la vida y nos tienen cuidando los animales y plantitas de los tercer mundistas alacbo saben que maiciandolos con dinero nos tienen pendejos jajajajajajajaja atte WWF

  3. Avatar de México Verde México Verde

    Ojala tengas autorización para aprovechamientos extractivos de vida silvestre, que lo dudo por la forma en la que narras tus aventuritas…
    Pero vieras como corren los «Cazadores»cuando los agarran, hasta los rifles andan aventando, abandonan campamentos y ahi andan llorando..

  4. Avatar de javier milano javier milano

    A todos los que comentan en contra de nosotros los cazadores y pescadores deportivos les hago la invitacion a ir de caza o de pesca y como dijo Leon Cornejo ingo mi madr si no les gusto y no se pican que van a pedir regresar.

  5. Avatar de SARA GOMEZ SARA GOMEZ

    DESCARADO EL QUE ESCRIBE VICTOR OCTAVIO NO TIENE VERGUEN
    ZA. LE DEBERIA DAR PENA ESCRIBIR SOBRE ESE TEMA QUE SOLO
    EL DISFRUTA, YA ESTAMOS HARTOS DE SUS HISTORIETAS Y
    RESEÑAS DE CACERIA, POBRES ANIMALES, YA BASTA VICTOR
    OCTAVIO, SI LO HACES NO LO ESCRIBAS, NOS ABURRES¡¡¡¡¡
    VETE A OTRA PARTE A PLATICAR BABOSADAS. O NO TIENES
    ALGO MEJOR QUE ESCRIBIR, CALLA Y DEJA EN BLANCO
    TU ESPACIO. O DALE OPORTUNIDAD A OTROS QUE SI TIENEN
    CEREBRO Y TIENEN TEDMAS INTERESANTAS, O ASI TE PENNND
    CREES QUE SOMOS LOS SUDCALIF Y MEXICANOS EN GENERAL.
    YA QUITENLE LA PLUMA. QUE ENTRE OTRO EN SU LUGAR

  6. Avatar de Mondaca Mondaca

    No se desgarren las vestiduras.. Aún. En la tradicion sudcaliforniana no existen tapujos para matar venados, comer caguama ni sacar abulón en la bajamar, aunque autoridades del centro del país impongan reglas.

  7. Avatar de JUSTICIA PARA EL PUEBLO!! JUSTICIA PARA EL PUEBLO!!

    EXACTAMENTA VERGUENZA DEBERIA DE DARLE ESCRIBIR ESO, DEBERIA MEJOR DE APROVECHAR QUE TIENE EL PODER DE ESCRIBIR EN TAN INMEJORABLE LUGAR COMO ES COLECTIVO PERICU…PORQUE MEJOR NO TRATA DE PROTEGER SU LUGAR , SU ESTADO , SUS ANIMALES SON DE USTED!!!MIOS DE TODOS!!

    CARAJO QUE IMPOTENCIA !!!POBRE BAJA CALIFORNIA SUR, CON GENTE ASI!

  8. Avatar de Helmut Newton Helmut Newton

    Yo deje de ir de caza con mi padre , por que una vez me dio lastima como mate aun venado que ya estaba herido . Verguenza te deberia de dar escribir eso.

  9. Avatar de JUSTICIA PARA EL PUEBLO!! JUSTICIA PARA EL PUEBLO!!

    BOLA DE PEN….JOS!!
    ignorantes !!!! dejen los POCOS animales que nos quedan en la baja , ya nos acabamos el marlin , el venado , todo!!
    que nos queda
    aaaaa un magnifico desierto arido que no sirve para nada.

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