Por Víctor Octavio García
Cacería
- El viejo máuser
(Publicada el 6 de junio de 2009), que reproducimos a petición de un grupo de amigos y viejos cazadores.
Hace dos años, Franco Domínguez me regaló un viejo Máuser, –.7mm–, que a decir de la tradición oral (lo que se cuenta de boca en boca) fue con el que le volaron un tobillo al “Cabo Fierro” en La Ribera. No se que tan cierta pueda ser la misteriosa versión, lo que sí se es que todavía tumba “jijosdelachingada”. Un máuser precioso, de 18 pulgada de cañón, escala para grano libre, con un alcance hasta dos mil metros y un estrellado extraordinariamente bien conservado. Puedo presumir, que junto con una pistola revolver .44 mágnum que me obsequió Manuel Amador Meza, forma parte de las armas que suelo presumir. Insisto, un arma preciosa.
Así que un día, luego de pavonearlo, aceitarlo y fijar grano y escala, salimos a probarlo. Manuel, que conoce de armas, se ofreció a “paletearlo” –con un peso muerto cercano a los cinco kilos– en busca de un “hijuelachingada”. Con serías dificultades conseguimos cinco “bellotas” (tiros) y tras ajuarearnos con dos kilos de costillas, tortillas, los trastes y café para colar, le dimos pal arroyo del “Palo Blancal”. Sobre la brecha Manuel se la pasó cerrajeando el viejo Máuser probando, una y otra vez, que el carro corriera y no se atascara a la hora de subir cartucho a la recámara. El viejo Máuser respondía como si se tratara de un arma nueva. Llegamos pasadas las doce del día al “Palo Blancal” donde armaríamos el “atizadero”, asaríamos las costillas y colaríamos café que dejaríamos en los termos para el regreso. Pegamos un “sestiada” esperando a que bajara el sol para poder dar una tardeada; así que después de asar las costillas y colar café agarramos monte. No llevábamos más armas que el viejo Máuser que Manuel, sin más preguntas, se echó al hombro haciendo gala de cazador experimentado. Yo, mucho más modesto, con la cantimplora al cinto, una buena ración de cigarros y los “miralejos” colgados sobre el pescuezo, me prepare para la caminada.
Al toparnos con los primeros “trilladeros” decidimos separarnos con el fin de “peinar” una zona más amplia; Manuel, con el viejo Máuser, caminaría sobre las cañadas que “caí” al arroyo y yo, por el ancón del “Chicural”, que es una zona demasiado plana y enmontada difícil para cazar. La estrategia podía ser discutible pero en la práctica era lo que mejor se acomodaba a los planes iniciales de tirar y probar el .7mm. La tardeada era, como quien dice, solo pa’ matar el gusanito, porque no estábamos seguros el arma respondería a la hora de disparar y el disparo –en caso de que se atravesara un “hijuelachingada”– obviamente pegaría en el blanco, verbigracia como el viejo mosquetón de Daniel Books. Cuando la manipulamos centrando el grano, aceitando la máquina y pavoneando el cañón no hubo mayor problema; no sólo se veía en buen estado sino que mecánicamente respondía extraordinariamente bien. De cualquier manera había dudas razonables de que el arma fallara. Así que cuando me interné en el ancón estaba seguro que Manuel dispararía, de que diera en el blanco era otro cantar. De entrada me topé con “juellas” nuevas, quizás de en la mañana. No creo que haya avanzado mucho en la caminada por lo intrincado del monte que, aunque me cuidaba de no hacer demasiado ruido, que seguramente iba haciendo al pisar hojas de datillo seco, varas de malva, barba de gallo y una que otra pitahaya y cholla secas. Tal vez caminaría tres kilómetros cuando escuche un “pajuelazo” por las rinconadas del “Palo Blancal”. Supuse que Manuel ¡al fin! había tirado con el .7mm, y que muy seguramente había puesto el grano en las paletas de un “hijuelachingada”. Como no oí más disparos opté en darle por las rinconadas por sí había necesidad de “paletear”. En cuando salí del ancón y agarré una mesa menos enmontada prácticamente agarré velocidad de crucero, así que no tarde mucho en llegar con Manuel. De hecho, había recorrido más de un kilómetro desde el lugar de donde había disparado. Para esto, le había tirado a un coyote a una distancia de cien metros y le había volado la cabeza. Nos regresamos para ver la “presa” tirada sobre un limpio tepetatoso. Según Manuel, “donde le apunto le dio”. Apenas subió un escalón de la escala la barrita y ¡palos!, el animal quedó tendido en el suelo. No había duda; el Máuser había quedado bien apuntado y respondió excelentemente a la hora de disparar. Sí, nadamás que ahora yo lo quería probar, ya sea con un “hijuelachingada” o con un blanco fijo. Nos regresamos pal carro todavía con el sol a medio chile.
Llegando donde habíamos dejado el carro, nos servimos café y pusimos a recalentar unas pedazos de costillas que habían quedado del mediodía sobre los rescoldos del “atizadero”. Decidimos no entrarles a las costillas para pegar otra caminada al día siguiente por la zona de los “batequitos” a ver si se me presentaba la oportunidad de tirar con el .7mm. Al día siguiente, aún con el “lucero” Manuel decidió quedarse en el carro mientras yo husmearía por la zona, que no es una zona venadera aunque de vez en cuando se mete un que otro “hijuelachingada”. Agarré el viejo y pesado mosquetón y ¡fierro! pal monte. Llevaba cuatro cartuchos en el cargador y uno en la recámara. Pese a que es una zona de buenos pastizales rara vez hemos visto animales, es más ni ganado se mete, no se porque. Habría caminado media hora cuando escuche, entre el sácate seco, una quebradera de palos. Seguramente era demasiado ruido porque alcance a escuchar la quebrazón de palos. Espere, sigilosamente, detrás de un grueso cardón para ver que diablos era. Le tumbe el seguro y baje la escala, dado que la distancia probable donde seguramente avistaría el animal no era de más de cincuenta metros, pero que no alcanzaba a divisarlo porque el pasto y el quelite no me dejaban “camelar” muy bien. Para esto, mampostee el Máuser sobre el brazo seco de un mesquite y espere. Pasaron diez, quince minutos y nada; seguía sin ver nada pero seguía escuchando el quebradero de palos secos. Bajé el rifle de donde lo tenía mamposteado y me dirigí al lugar donde se escuchaba el ruido. Busque por encima del sácate y de los quelites y nada, cuando de pronto me topé con una escena que me ha tocado ver varias veces que tiene que ver con la brutal lucha por la sobrevivencia; un gato montes acosando a una “churea” –“correcaminos”– en mortal confrontación. La churea se veía en mal estado; con la cabeza desplumada metida en un enramado de pitahayas agrias donde la tenía acosada el gato, en tanto esta ya por el miedo o por un acto de sobrevivencia danzaba entre los brazos de la pitahaya como si se ejercitará para el “baile del cisne”. La agilidad de la “churea” comparada con la destreza del gato, simple y llanamente no tenía punto de comparación. La “churea” saltaba con elegante agilidad aun medio del pánico de caer en las garras del felino. Sus largas extremidades le permitían evadir los mortales saltos del gato que eran, a fin de cuentas la peor presión y asedio a la que se enfrentaba. Me quede observando la escena hasta que la “churea” logró escapar escabulléndose entre un matorral de chollas y san migueles donde seguramente tenía sus críos. Desde luego que un cazador pierde el tiempo en cosas así, pero en lo personal, que tampoco soy un experimentado o diestro cazador, siempre observó este tipo de escenas que mis hijos solo ven por televisión. Tal vez por eso disfruto las caminadas en el monte porque cualquier hecho insignificante me llama la atención; desde un mortal combate entre un gato montes y una “churrea”; la “caída” de un “hijuelachingada” alcanzado por una “bellota” (tiro) hasta el hecho sutil e incomparable sensación de disfrutar el rico olor que sueltan los romerillos y san migueles en flor. Después de ver la escena me regrese pal carro, con el sol aruñando ya el mediodía. Quedarían quinientos metros pa’ llegar cuando divise una liebre parada sobre un limpio en un morro de tierra. “Sí no tiro ahora, entonces cuando”, dije desde mis adentros, y con la misma mampostee el Máuser sobre la horqueta de un palo adán. La liebre se encontraba más o menos a cincuenta metros, así que en lugar de subirle o bajarle le tumbé la escala y con la mira abierta centré el bulto hasta que se perdió en el grano; discretamente le tumbé el seguro y con toda la paciencia del mundo puse el dedo sobre el gatillo en posición de disparar. Antes de hacer el disparo fije muy bien el arma sobre mi hombro por dos razones; las bellotas (tiros) eran de 180 granos –pesados pero demoledores– y el arma, por el tipo de calibre, “patea” fuerte. Así que en cuando sentí que el viejo Máuser quedo fuertemente apoyado en mi hombro y el “bulto” se perdió en el grano ¡palos!. Sentí el gatillo demasiado celoso, porque en cuanto comencé ejercer presión con el dedo provino el disparo. Y vaya que disparo. La liebre quedo tendida a una distancia de cuarenta centímetros de donde estaba parada por el poderoso y devastador impulso de la bala. La liebre quedo propiamente pulverizada. Admito que no soy un buen tirador como Manuel, el Toño, Manríquez e incluso Firmato, pero de vez en cuando doy en el blanco.
Estaba haciendo las primeras evaluaciones de balística sobre la descuartizada liebre cuando llegó Manuel despavorido creyendo que le había tirado a un “hijuelachingada”. Puta madre, hasta allá “ollí” bofo el chingazo, me dijo a la llegada. Presumiendo, le conteste; “quedó bien apuntado” ¡O no!. No sí está a todísima madre. Con éste “jijuelachingada” –señalando el Máuser– vamos a tumbar muchos “hijuelachingada”, expreso. Y ahora qué, le pregunte. No, pos hay que chingarnos los pedazos de costillas antes de que se haga más tarde, me dijo. Con la misma nos acercamos al carro para revivir el “atizadero” y recalentar las costillas que habíamos dejado para el regreso. No colaríamos café porque aún había en los termos, salvo poner a recalentar tortillas de maíz para acompañar los tres o cuatro costillas que habían quedado.
Guardamos el viejo mosquetón y las bellotas (tres tiros) y con la misma enfilamos hacía esta ciudad, convencidos de que el pesado Máuser bien vale pena. De regreso, llegamos de pasada a saludar a Santos Romero, que vive en el rancho de “Juan Mata” donde nos hemos comido varios chivos asados. Santos recién había llegado de La Paz junto con su señora, doña Tomasa, así que cuando le “caímos” estaban colando café. Tomamos café, con tortillas de harina, queso de chiva y fríjol seco, así que sin querer “amarramos” el almuerzo, porque la miseria de costillas que llevábamos no sirvieron ni pa’ las agruras. Aprovechamos para dejar guardado el Máuser y los tiros y regresar cuando consiguiéramos más bellotas: total, el .7mm había quedado bien apuntado; no falló. Nadamás había que conseguir tiros (bellotas).
De regreso, sobre la brecha, estuvimos a punto de ser embestidos por un par de toros que andaban agarrados en fenomenal pelea sobre la brecha. Dos preciosos ejemplares, cuatreañeros, de trescientos o trescientos cincuenta kilos cada uno. Logramos evadirlos pasando por encima de unos lomboyes. En cuanto quedamos a salvo nos detuvimos para presenciar la pelea entre los dos imponentes animales. Entre la espesa nata de polvo que levantaban escuchábamos los bramidos y el tronido de palos donde se requintaban entre los palos. Llegamos a esta ciudad con las manos vacías, pero contentos porque el viejo y pesado Máuser, respondió dejando sin vida un coyote flaco y una liebre como prueba irrefutable de su poderío y tino. ¡Que tal!.
Para cualquier comentario, duda o aclaración, diríjase a abcdario_@hotmail.com
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Jinete sin Caballo: que bendicion que tengas a tu Madre contigo y que seas de un lugar tan bello, pero no le des publicidad! no vaya siendo que estos cabrones se jalen a depredar los pocos rincones que son un tesoro que nos quedan!
Pues yo no termine de leer el articulo, me pase directo aqui a los comentarios, por lo que veo que siguio igual, en una narrativa gacha y ba…., como no agarra el mauser y se apunta en el ojo… de payaso…. y le jala, para que sienta, lo que sienten los pobres animales del monte, hablando de monte y cambiando un poco de tema, palomilla hace una semana fui para el Rosario, B.C.S., (mas bien conocido como Las Gallinas) donde hace ya casi 50 años naciera un dia mi señora madre, a quien gracias a dios la tengo a mi lado, y la verdad les recomiendo que vayan, ya esta la temporada de pitahayas y las ciruelas del arroyo. En verdad los invito a que visiten el pueblo, podran tambien conocer el santuario de los Cactus. Una Belleza mas de Surcalifornia. Animo Palomilla…..
Y la PROFEPA APA….!!!!!! a menos a que haya sido hace 30 años…. si tambien se ocupaban permisos no???? yo no se por que no soy cazador
LA CAZA Y LA PESCA!!UN LEGADO DE NUESTRA CULTURA Y DESARROLLO SUDCALIFORNIANO.
lizet, lastima de cerebro que tienes tan desperdiciado, porque con genet como tu , reina y de mas que piensan que este tema es TAAAN aburrido, pidele a Dios que tus hijos o nietos o bisnietos, conoscan lo que en nuestro estado existe , flora y fauna, pero con nuestra SOCIEDAD PODRIDA , dudo mucho que solo conoscan en Walmart los peces, y en los libros tan cacareados de fotos que uno consigue en Costco la flora y fauna…….aqui solo lo politico y pendejadas asi son importantes…verdad?vivimos en un todavia paraiso, pero con gente mediocre …que no sabemos defender lo mas preciado que tenemos.
lastima de espacio perdido, tantas cosas interesantes que tratar.
asi es, es lo mismo que pienso, que humor de este tipo de estar hablando de sus mam……. de plano no tiene nada interesante que escribir por lo visto.
ahi no este p…. de octavia me caga la v…., me ENFADAA!!!!
no lo conosco pero ya siento que lo ODIO
escribe PESIMO!!!!
Tienes toda la razòn VICTORIA, como para que publican ese articulo
del mentado victor octavio, ni al caso….. Hello pericu…… no pierdan
espacios con ese que ni lo conocemos y tenemos que
chutarnos todas sus aventurar solo para alimentar su ego o queeeeeeeeeee¡¡¡
«reina» mejor que el animalito se quede en su habitat no? digo a poco si soy de aqui puedo hacer lo que quiera?
Apología de las armas y la cacería en un periódico de la derecha política … no cabe duda que los humanos somos tan, pero tan predecibles…. pregunta: ¿Quién es Daniel Book?; ¿o se quiso referir a Daniel Boone?
Para agarrar cura: Sustituya la palabra «mauser» por «pene» en el primer parrafo del escrito de don Victor …. juar, juar, juar !!!
pspspsps…..NO SE QUE DECIR……HASTA FLOJERA ME DISTE…COLECTIVO PERICU…….SIN PALABRAS….. TAN AGARRADO QUE ESTABAS DE LAS NOTI-POLITIQUERIAS—PENDIENTE DE LAS ULTIMAS NOTICIAS Y DE LA NOCHE A LA MAÑANA TE DIO POR OTRAS COSAS…………….¿COMO LA VEN EHHHH?
Sigue queriendole copiar a German Dehesa, la verdad que flojera dan estos «editoriales» la verdad escribo editoriales mas divertidos yo, ojala que no le estèn pagando a este señor por hacer esto, porque estàn perdiendo su dinero, y si si le estan pagando, pues mejor pàguenme a mi, veràn que doy mejores resultados
ESTE PIN… PERIODISTA, TODABÍA LO PUBLICA CON SANTO Y SEÑA, POBRES ANIMALITOS, NO DEBERÍAN YA DE DAR PERMISOS DE CACERÍA, ESTUBIERA MUERTO DE HAMBRE Y SIN NADA DE COMER TODABÍA, PERO ES UN CHAYOTERO DE PRIMERA.
PROTECTOR DE LA FLORA Y FAUNA… cOINCIDIMOS CONTIGO QUE
POCA SENSIBILIDAD DE ESTE DE ESTE PSEUDO-PERIODISTA—- NO
TIENE VERGUENZA. SE JACTA CINICAMENTE, A QUIEN LE IMPORTA<…. SUS ACTIVIDADES……. SUS COMENTARIOS MEJOR QUE
SE LOS GUARDE…… PURAS ENDJ……. Y UNO QUE CREE QUE EN COLECTIVO PERICU ES PARA ENTERARNOS DE ASUNTOS DE
INTERES, POR FAVORRR
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ay REINA as de ser una pobre b….! que es lo que no entiendes? esto no ser fanatico haber ahi te va: NOS ESTAMOS ACABANDO LO POCO QUE NUESTRO BELLISIMO ESTADO TIENE, TOOODO , LOS VENADOS LAS LIEBRES LAS AGUILAS , LOS MARLINS Y PODRIA SEGUIR Y SEGUIR, ahora bien si tanto te gusta te gusta la caza y sales de defensora de esa bola de endejos….porque no empiezan la caceria en tu casa ?al fin tiene permiso de CAZA y tu eres una anim….
ogts como no le disparan a su m…. cuando va a c….
PUES PA QUE SE LO SEPAN, VICTOR OCTAVIO TIENE PERMISO DE CAZA, Y NO MATA NOMAS POR MATAR, DE QUE SE LO LLEVEN LOS GRINGOS, A QUE SE QUEDE CON UN COTERRANOEO PUES USTEDES QUE CREEN__???
Muy bonito relato, pero que ya no sigan depredando los recursos naturales del estado, nos quejamos de los chutaros por depredadores y aqui tambien tenemos de casa haciendo lo mismo.
le encanta la carne de venado, al colega victor octavio. lo malo es que esta especie se encuentra en peligro de extincion, asi que no hay que fomentar su cazeria. he dicho.
que hueva, y esa onda octavio ya estas viejo, retirate mejor, vete a descansar
que hueva……………
que no saben que eso es ilegal? al igual que dispararles a pobres animalitos indefensos tmb lo es? y nos quejamos de los gringos que nos disparan nada mas por probar sus armas??? ustedes estan iguales asi van a probar un arma con ustedes haber que sienten..
a todo pulmon digo, porque no mejor se meten un tiro los cazadores?…digo si tantas ganas tiene de usar sus MARAVILLOSAS aramas , empiezen la caceria en su casa….que no lo que buscan son las inches ganas de matar? no cabe duda que el HUMANO es la porqueria , bueno es bien sabido que los que se dedican a cazar son pura bola de gente ignorante, escoria….deben de senTir VERGUENZA de alardear de sus inches armas.A y su MAUSER ,vaya mucho a hing…. a su m….!
Wow, fascinante, me lo imaginé tal cual, no se nada de cacería mucho menos de armas pero me gustó el artículo.