Vuelven tortugas laúd


UN DIA EN LA VIDA DE UN TORTUGUERO

M. en C. Graciela Tiburcio Pintos

Me encuentro muy emocionada pues el día de ayer, fue el Programa de Protección a la Tortuga Marina municipal el que tuvo la visita de ¡una tortuga Laúd! Dos de los técnicos de campo tuvieron la oportunidad de verla por ahí de la una de la mañana. Vean las fotos, no deja de sorprender.

A continuación un relato de la vida de estos técnicos, a los cuales si bien les agradezco y los menciono todo el tiempo por lo regular permanecen como héroes anónimos en este arduo trabajo de la conservación. Este relato lo quiero dedicar a esos héroes y sus nombres son: Pedro Márquez, Rafael Marrón, Juan Carlos Marrón, Juana Inez Sandez, Ernesto Acevedo, Jorge González, Ernesto Nery, Noe Pinto, Manuel Solano, Gabriel Olvera, Carlos Villalobos, Maribel Bañaga, Karen Oceguera, y todos aquellos que de una u otra forma trabajan noche tras noche en la conservación de las tortugas marinas.

EL PUNTO DE PARTIDA DE LAS BRIGADAS
A las 8:30 p.m. llegada al campamento (Poblado La Playa) a preparar el equipo y revisar la cuatrimotos; lámparas, hojas, bolsas, guantes, fichas de campo, lápices, etc. Que la maleta esté completa y no falte nada, los esperan muchos kilómetros por recorrer y no podrán regresar por aquello que se olvide. Al filo de las 9 de la noche o pasadita se inicia el patrullaje, a veces salen en equipos de 2, otras veces solos. Durante el recorrido prestan mucha atención a la playa, ya que los rastros que dejan la tortuga sobre la área serán el indicador de que posiblemente haya un nido y con suerte una tortuga.

Cuando comienza la temporada de tortuga golfina (en verano), salen pocas tortugas y algunas noches se sienten tan largas que pareciera que no se van a terminar, al llegar al final del recorrido (destiladeras) se  descansa un rato, unos pescan para matar el tiempo, otros platican, los más sofisticados llevan su «ipod» y en lo personal, yo disfruto mucho las estrellas, acostarme para ver constelaciones o alguna lluvia de estrellas que esté anunciada.

Aunque algunas noches no haya tortugas no es tan aburrido pasarla en la playa. Hay noches donde se presenta bioluminiscencia, esta es producida por unos pequeños microorganismos que al contacto brillan, cierren sus ojos e imaginen una noche obscura y que pateas la arena, toda esa arena se ilumina en el aire con un verde fluorescente, pareciera un fuego pirotécnico en pequeña escala.

En otras noches puedes encontrar algún lobo marino descansando y tantas cosas más. Pero finalmente lo que se busca son tortugas, y al encontrar un rastro te emocionas pues siempre esperas poder encontrar a la hembra, sigues el rastro y en el caso que esté la tortuga, se cerciora que ya esté desovando y sino es así, se le deja tranquila, pues si es molestada antes del desove es muy probable que se vaya, cuando comienza a desovar es el momento del trabajo, se revisa el ejemplar y se mide, se le ponen marcas metálicas en sus aletas para poder identificarla en el caso de que se vuelva a encontrar posteriormente.

COLECTAS DE HUEVOS EN NIDOS
El nido se colecta y se resguarda para su posterior siembra en el corral de incubación. Se espera a que la tortuga ingrese al mar y posteriormente se sigue con el patrullaje. La mayoría de las veces no se ve a la tortuga por lo cual de una forma experta son localizados los nidos y colectados los huevos; por cada encuentro o nido se llena un formato con la información colectada. Hay noches que no se encuentra nada, pero durante la temporada alta se llegan a colectar decenas de nidos, terminando el recorrido por ahí de las 8 o 9 de la mañana, son jornadas arduas y llenas de emoción, en las que llega uno muerto de cansancio. Y si crean que se descansa todo el día pues no es así, sólo algunas horas para agarrar fuerzas y de ahí atender todos los asuntos familiares y de la vida personal que no son pocos.

Al regresar del recorrido toca sembrar cada uno de los nidos que se colectó, en el corral se hace un hoyo a mano que asimila la forma de un nido de tortuga, y en ese lugar se colocan los huevos, se siembran cada nido por separado y se coloca una tablita con toda la información para poder identificarlo (número de nido, númer de huevo, día probable de eclosión, etc).

Si creen que ahí terminó el trabajo se equivocan, en los primeros meses si, pero cuando comienzan a nacer tortuguitas, por un lado estás sembrado y después hay que limpiar los nidos que vienen naciendo, hay tantos nacimientos que es un trabajo que ocupa a todo el personal (mañana, tarde y noche) durante los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre.

En Los Cabos prácticamente tenemos tortugas desovando todo el año y son tres las especies que anidan; de junio a diciembre golfinas (aunque las podemos encontrar todo el año), la tortuga laud de octubre a abril y de agosto a febrero la tortuga prieta. Si bien quedan dos meses, por lo regular llegan a salir algunas tortugas y trabajamos muy duro en los informes, limpieza de bodega y muchas otras cosas que se van dejando pendientes por el trabajo que absorbe a todos durante la temporada alta. Durante los meses de septiembre a noviembre y aprovechando que hay nacimientos de tortuguitas, vamos a las escuelas a dar platicas y posteriormente los grupos de niños nos visitan para ayudarnos a liberar al mar a las pequeñas crías.

TORTUGAS LAÚD, LAS MÁS ESCASAS
Durante el verano las veladas son realmente gratificantes pero durante el invierno cuando salen las tortugas laúd hace un frío intenso en la noche, el uniforme de los brigadistas se compone de playera, sudadera, chamarra, doble pantalón, gorrito, pasamontañas y guantes. (ver foto y para los que de a tiro nos los convenzo, los invito una noche de finales de enero a patrullar), hay noches que de realmente quisieras regresar y dejar todo, pero ahí están, esperando que con mucha suerte puedan encontrar una tortuga laúd, y digo mucha pues en los últimos años en cinco meses apenas se logran proteger 6 a 10 nidos. Ver una tortuga laúd es creo lo mas difícil, pero cuando la encuentras créanme sientes que se te sale el corazón, tenemos voluntarios que las han visto y gritan, brincan, bueno nosotros llegamos a hablarnos por teléfono para avisar que estamos con una laúd. Nos da tanto gusto saber que un compañero tuvo un encuentro. Y nos llena de tristeza pensar que podría ser el último, pues la especie esta en peligro crítico de extinción. Pero cuando tienes en tus manos una pequeña cría de laúd para ser liberada, sabes que cada una de las noches heladas y frustrantes valió la pena.

Mucho trabajo, la paga (mejor no hablemos de ella), pero realmente gratificante, por eso estamos aquí, créanme no es por el dinero (aunque todos y cada uno de nosotros lo necesitamos), es algo que no puedo explicarlo, simple y sencillamente cuando haces lo que te gusta vives planamente y feliz, y si de paso te pagan… ¡pues imagínate!

Esta vez me emocioné escribiendo y tengo que reconocer que le tuve que parar, pues a menos que me dediquen toda la publicación no creo que salga esto, pero espero que hayan disfrutado la lectura. Y como siempre muchas gracias por todo su apoyo. Casi lo olvidaba, los muchachos protegieron el nido de la tortuga, les avisaremos cuando nazcan las primeras crías.


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Un comentario en “Vuelven tortugas laúd

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