Por Federico Riestra Castro
- La regla del silencio de los ex gobernadores
- Leonel Cota se la pasa por el arco del triunfo
Durante el largo período de gobierno del PRI en BCS, como estado de la Federación (1974-1999), una de las reglas no escritas, respetada por los ex gobernadores, entre ellos inclusive el último gobernador del Territorio, Félix Agramont Cota, fue no opinar ni inmiscuirse en la política interna de su
sucesor, y para ello era mejor irse un tiempo fuera de la entidad, como fue el caso de Angel César Mendoza Arámburo y Alberto Alvarado Arámburo, el primero por breve lapso, como Subsecretario de Hacienda, en tiempos en que su amigo, Jesús Silva Herzog, fue el titular, y el segundo, como delegado de la CNOP, viajando entre la capital y algunos estados norteños, buscando de paso una oportunidad para reinsertarse en la política nacional.
Alberto nunca dejó de hacer política, pero fue respetuoso de quienes le siguieron en el cargo, hasta que perdió la vida en un intento de robo en la ciudad de México (14 de febrero de 1996).
En lo que respecta a Víctor Liceaga Ruibal (que también fue respetuoso de las acciones de su sucesor) y Guillermo Mercado Romero, sus circunstancias fueron sumamente distintas, a pesar de sus aspiraciones no pudieron ser considerados para otro puesto, aunque fuera “de consolación”, por el sistema, ni por el entonces Presidente, Carlos Salinas, que en el caso de Liceaga, iba de salida y estaba reciente el escándalo de los hermanos de Víctor, involucrados en actividades ilegales, lo que practicamente acabó con su carrera, ni por Ernesto Zedillo, en relación a Mercado Romero, ya que la verdad es que el Presidente se sintió decepcionado porque este no pudo retener para el PRI a BCS, y además, porque el ex gobernador fue perseguido penalmente por Leonel Cota, lo que también ha sido desastrozo para su carrera política.
Con todo, reitero, la regla de oro del sistema político priísta relativa al silencio de los ex gobernadores, fue aplicada con rigor por ellos mismos.
Cumplido el cargo, no hacer olas.
¿CUÁL REGLA DE ORO?, ¡SÍ COMO NO!
En el caso del régimen del PRD no ha sido así, Leonel Cota Montaño, hiperactivo como es, no puede estarse quieto, y si los primeros tres años se mantuvo a distancia del gobierno de Narciso Agúndez, fue por sus funciones
como Presidente del CEN del PRD, y porque ya se hacía en el gabinete de AMLO, al que por solo medio punto se le fue la Presidencia, luego de perder la considerable ventaja que llevaba por varios años, hasta de casi 20 puntos más que su imediato competidor (ojo Peña Nieto) por una serie de ataques de la oligarquía que le tuvo miedo, pero tambièn por errores garrafales de su campaña y de él mismo.
De haberlo logrado (se decía que LCM iría a Gobernación o Sedesol, de pérdida), para BCS seguramente hubiera sido el factor fundamental a consultar por el Presidente de la República en las decisiones y programas de relevancia, ¡y no se diga la próxima gubernatura!, de la que se libró NAM.
Hoy, por todo ello, y desempleado como está (“un político desempleado es peor que un guerrillero armado”, dice el viejo dicho), LCM está muy vivo en política, y dolido con su partido, dirigido por Los Chuchos, que no le cumplieron en hacerlo diputado federal, poniéndolo en primer lugar en las listas plurinominales,
LCM está opinando de lo que le parece mal en su entidad y en partido y en otros, y hasta ya formó una organización estatal, el Frente Democrático Sudcaiforniano, para señalar el rumbo y pedir democracia en la próximas postulaciones, aún a sabiendas que en un régimen de partidos como el nuestro, solamente con el membrete de alguno de ellos se puede llegar al poder, para él o para algunos de sus sus allegados.
Leonel Cota vive otros tiempos, ni modo que cambie por obra y gracia del espíritu santo, ya lo había demostrado como militante del PRI, que las reglas y costumbres del sistema le valían gorro.
Por eso la regla de oro de no meterse en la política del estado que gobernó, no la considera obligatoria ni vigente, ¡que vá!
Como tampoco la aplican varios ex gobernadores perredistas, como Ricardo Monreal, en Zacatecas, que no deja gobernar a Amalia García, que ya le dio un “éstate queto” a través de sus hermanos, con ayuda de Felipe Calderón y la PGR, o como en el caso de López Obrador, que sigue mandando más que su carnal Marcelo en el DF, y que decir de los Cárdenas en Michoacán.
Se reciben comentarios en fedarc@hotmail.com
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Desgraciadamente tiene que ser un ex gobernador que se entrometa en el trabajo del actual mandatario porque los medios de comunicación han dejado de cumplir cabalmente con su papel. Si es reprobable que un ex gobernador pretenda inmiscuirse en la vida política y enturbie el panorama, pero también es de señalarse que el actual gobierno lo permite y tolere. Lo felicito por su acertado comentario.
Lic. Ruben Ordiales Sámano